Según el Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente (PNUA) el 80% de los residuos marinos del mundo corresponden a plásticos.
En cada km2 del océano hay más de 46.000 bolsas de plástico que tardan entre 400 y mil años en descomponerse.
Los plásticos, en particular las bolsas y las botellas en PET, son los residuos marinos más difundidos del mundo. Estos tardan en descomponerse muy lentamente en pedazos muy pequeños y que además pueden ser consumidos por los seres vivos en los niveles de la cadena alimentaria.
El Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) de Francia estima que 1,5 millones de aves, peces, ballenas y tortugas mueren al año en los océanos por desechos plásticos, ya que muchos los confunden con alimentos, lo que repercute en la cadena alimentaria.
Los cetáceos, las aves o las tortugas marinas confunden los restos de plástico que flotan en el mar como alimento. Esto se ha demostrado porque en sus estómagos aparecen restos de estos desechos, algo que se ha vuelto un fenómeno cada vez más común, según lo reportan los investigadores del Biodiversity Centre Naturale. Algunas expediciones científicas han encontrado incluso plásticos hasta a 1.500 metros de profundidad en el mar.
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