SEIS FORMAS DE COMPORTARSE RESPECTO A LA CORRUPCIÓN
UNA.- Como Fernando Urruticoechea, más de 20 años denunciando corruptelas, querellado por los corruptos que le piden 150.000€ por descubrirlos, con un gran coste personal, familiar y económico. Fernando es interventor municipal y ha realizado numerosas denuncias contra responsables políticos por prácticas corruptas conocidas en el ejercicio de su profesión y nunca ha encontrado el apoyo del Gobierno. Como Alberto Nava, o como Silvia Argos, y como han hecho otras muchas personas que harían muy largo este punto. Las personas como Fernando, Alberto, Silvia… y todos los que se enfrentan a la corrupción deberían ser ejemplos a seguir y su comportamiento ético y su oposición a la corrupción ser explicado en las escuelas. Un Estado decente, un Gobierno que quisiera combatir a los corruptos y no apoyarlos dejaría de decir lo contrario de lo que hace, porque dice que combate la corrupción y lo que hace es permitir que los corruptos estén protegidos y apoyados y los que los denuncian solos y perseguidos. Ningún responsable político que haya tenido responsabilidades de gobierno puede decir que ha hecho nada contra la corrupción y por acción u omisión es cómplice de ella. Las denuncias de Fernando han supuesto numerosas condenas firmes y decenas de imputaciones en distintos sumarios aun instruyéndose. El Estado, el Gobierno, las Leyes, todavía hoy siguen de parte de los corruptos.
DOS.- Personas que llevan mucho tiempo denunciando a los corruptos (policías, guardias civiles, abogados, funcionarios...) que se unen para ser más fuertes y se organizan en instrumentos como el Observatorio de la Ciudadanía Contra la Corrupción (OCC), creado hace un año, al que dedican tiempo libre y trabajo de forma altruista y con un coste económico personal. Gente que no se resigna y luchará siempre por dejar a sus hijos una sociedad más justa. Son miembros y responsables en distintos territorios del OCC.
TRES.- Personas que colaboran contra la corrupción ayudando a que organizaciones como el OCC puedan existir. Se puede colaborar con una cuota desde 12€/año a partir de 2016. Son el combustible que hace posible que las personas de los apartados anteriores puedan mantener la lucha y ayudar a personas como Fernando, Alberto y tantas otras que se ven solas, impotentes, enfrentadas a personas con mucho poder, mucho dinero y ningún escrúpulo para intentar arruinarles la vida por haber sido decentes.
CUATRO.- Personas que simpatizan con los que luchan pero que no pasan de elogiar su lucha, dar un "me gusta" o un retuiteo a sus noticias. Son los decentes cómodos, ven la "guerra" contra la corrupción con prismáticos y están de perfil, no podrán decir a sus hijos que hicieron nada por dejarles una sociedad mejor.
CINCO.- Aquí están los indiferentes. Son aquellos que no dicen nada, que callan, como si no fuera con ellos el problema, seguros de que en su egoísmo individualista nunca van a precisar apoyo de nadie y que creen que no tienen que hacer nada para mejorar el futuro de sus hijos. Cómplices por omisión de los corruptos.
SEIS.- En este escalón están los que porque llevan la corrupción en sus genes, o se han beneficiado de ella, o por otras razones imposibles de explicar públicamente dedican toda su lucha a combatir, difamar, insultar y atacar a los que combaten a los corruptos. Este comportamiento es una práctica corrupta en sí misma y muchos de ellos utilizan las redes sociales desde el anonimato para “ajustar cuentas” con los que se atreven a enfrentarse al sistema corrupto imperante hoy en España. Algunos hasta se consideran más españoles que nadie pero apoyan a los que tienen cuentas en Suiza ilegalmente.
No es una cuestión de ideología, de derechas o de izquierdas, sino de decentes y corruptos, y hay de todo en todas las ideas. Desde el OCC propugnamos esta visión de la vida política que expresa Julio Anguita:"Lo único que os pido es que midáis a los políticos por lo que hacen, por el ejemplo, y aunque sea de la extrema derecha, si es un hombre decente y los otros son unos ladrones, votad al de la extrema derecha. Eso me lo manda mi inteligencia de hombre de izquierdas. Votad al honrado, al ladrón no lo votéis aunque tenga la hoz y el martillo".
Y cabría añadir, a la inversa para los que son de derechas, que tampoco voten al corrupto por mucha bandera de España que utilice como trinchera, que voten a la gente decente aunque lleve la hoz y el martillo.
Tú decides: ¿en qué escalón de los seis enumerados te quieres colocar?
José Manuel Sánchez Fornet
Publicado en Carné x puntos, Boletín mensual de Observatorio de la Ciudadanía contra la Corrupción (OCD)