Diferentes asociaciones y colectivos memorialistas han exigido la paralización de un acto de homenaje de la Fundación Yagüe, dedicada a honrar la memoria del general Yagüe, también conocido como el carnicero de Badajoz. El acto está previsto para el próximo sábado 24 de octubre en el Teatro Principal de Burgos.
Manifiesto contra el terror franquista
Todas las guerras tienen sus símbolos e imágenes que han quedado imborrables en la memoria de la historia. El bombardeo de Gernika y la matanza de Badajoz, fueron unos de los máximos exponentes que periodistas plasmaron en imágenes y grabaciones que dieron la vuelta al mundo, mostrando la verdadera cara del fascismo.(1)
Los aviones nazis que arrasaron la población civil de Gernika salieron del aeródromo de Villafría y el, por entonces teniente coronel Juan Yagüe Blanco fue el primero en sublevarse el 17 de julio en Melilla con los legionarios y los regulares, dirigió las columnas que mataron, durante los primeros días del golpe de estado, a miles de personas en Andalucía y Extremadura a la vez que se encargó de la represión en Barcelona una vez se tomó. Siendo más tarde elegido Capitán General de la VI Región Militar con sede en Burgos por la dictadura franquista, así como hijo adoptivo y medalla de oro de Burgos, el más alto reconocimiento del ayuntamiento.
Yagüe no fue un ejemplo de militar obediente, ya que se sumó al golpe de estado contra el Gobierno de la República, al que debía lealtad. Incluso reproducen una imagen de su monumento del pueblo San Leonardo (Soria), retirado en 2009 y que fuera decapitada, como la de Burgos en la plaza San Juan Bautista.
Tampoco fue piadoso en la victoria. Solo en Badajoz, a pregunta del periodista Mario Neves, de los rumores de cerca de 2000 fusilamientos, de los 3000 prisioneros reconocidos por Yagüe, este respondió “-No serán tantos”.(2) Pero incluso cuando el periodista del New York Herald Tribune, John Whitaker, le pregunto por los fusilamientos, no dudó en afirmar la masacre del 10% de la población, “-Por supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba usted? ¿Qué iba a llevar 4000 prisioneros rojos conmigo, teniendo mi columna que avanzar contrarreloj? ¿O iba a soltarlos en la retaguardia y dejar que Badajoz fuera roja otra vez?”(3)
Incluso el mismo día de la matanza de Badajoz, desde la Comandancia Militar, dejo claro que mataría a quien se le enfrentara democráticamente: “Queda prohibido terminantemente el derecho a la huelga. Serán juzgados en juicio sumarísimo y pasados por las armas los directivos de los Sindicatos cuyas organizaciones vayan a la huelga, o no se reintegren al trabajo...” (4).
Si participó en el puente aéreo, lo que no citan, es que este primer puente aéreo de la historia estaba compuesto por aviones de Hitler y Mussolini. Y su “reducida columna” estaba compuesta por un experimentado y armado ejército, legionarios y regulares marroquíes, conocidos ya de antes de la Guerra Civil por sus atrocidades en la guerra colonial del Rif. Que desde el museo de Ministerio de Defensa se continúe usando el término de “cruzada de liberación” o “liberación”, es una justificación del fascismo y del golpe de estado.
Yagüe, virrey de Burgos, en una década que no dudamos en calificar de ominosa (1943-1952). El tan extendido dicho de que Burgos era una ciudad de curas y militares es cierto sólo a medias, también lo era de familiares de presas y presos republicanos y antifascistas, de cientos de exiliados internos y de innumerables fosas comunes bajo nuestros pies.
“El que tantas cosas hizo por Burgos”.
Hizo, con fondos donados por los burgaleses, la barriada que todavía lleva su nombre, de casas “ultrabaratas”, cerca de la abarrotada cárcel y bien lejos del centro, no fuera a ser que los obreros quisieran codearse en el Espolón con las distinguidas señoritas de la Sección Femenina o los alféreces de reenganche. Este barrio fue construido bajo el estilo autárquico del fascismo, de aislar la comunicación de los obreros y autosufiencia alimentaria.
El ejército español mantenía hasta hace pocos años algo más de dos millones y medio de metros cuadrados de instalaciones. Progresivamente y de acuerdo a nuevos criterios de “modernización” el Ministerio de Defensa, desde 1995, decide ir vendiendo buena parte de esos terrenos al Ayuntamiento de Burgos. El poder del General Yagüe en los años 40 que con su presión obtiene terrenos públicos para instalaciones militares y que décadas después pasan a manos de intereses y negocios privados. Mientras, el problema de la vivienda situó las economías familiares burgalesas que tienen que comprar su casa en el que era, uno de los mercados inmobiliarios más caros del Estado Español junto con Madrid, Barcelona o San Sebastián.
Recientemente el informe del Grupo de Trabajo de la ONU sobre las desapariciones es demoledor. Pidió al Estado Español que dejara de usar la Ley de Amnistía de 1977 como excusa para no investigar las desapariciones forzadas del franquismo y reclamó una investigación de oficio "exhaustiva e imparcial" que culminara con graves condenas a los responsables de esos delitos, así como la reparación y rehabilitación adecuadas de las víctimas.
La lucha por la recuperación de la memoria histórica de las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, es más necesaria que nunca. Es injustificable que el Estado y las diferentes administraciones públicas, no establezcan los mecanismos necesarios para que se cumplan las recomendaciones de la ONU. No podemos pasar página de los crímenes contra la humanidad cometidos durante la Guerra Civil y la dictadura, sin reconocer a las víctimas.
En pleno s. XXI, la hija de este golpista y asesino en masa sigue teniendo activa una Fundación, la Fundación María Eugenia Yagüe, la cual, para empezar, en cualquier país democrático debería estar ilegalizada por apología del franquismo. Pues bien, esta fundación sigue impunemente con su actividad, con el beneplácito de medios y autoridades burgalesas. Y no solamente eso, sino que sin ningún sonrojo se atreve a hacer suyo el dolor de las víctimas del terrorismo, siendo su padre, al cual homenajea sin ninguna vergüenza ni arrepentimiento, con una Fundación con su nombre, un terrorista en masa.
Es inadmisible que el Ayuntamiento de Burgos ceda el Teatro Principal, uno de los edificios emblemáticos de esta ciudad, a la Fundación María Eugenia Yagüe. Nadie puede concebir que por ejemplo, el Ayuntamiento de Baviera hiciese lo mismo con una Fundación dedicada a la memoria de Enrich Himmler.
Algo falla en esto ciudad, cuando se falta al respeto a las víctimas del terrorismo ligando su sufrimiento al nombre de un genocida. Exigimos que se reconozcan todos los terrorismos y a todas las víctimas, no se puede justificar un terrorismo usando a las víctimas de otro.
Debemos exigir la verdad, la reparación y la justicia.
Pedimos al Ayuntamiento de Burgos:
Que rompa toda relación con la Fundación María Eugenia Yagüe y se abstenga de conceder cualquier local para sus actividades.
Que retire la condición de hijo adoptivo y la medalla de oro (1945) a Juan Yagüe Blanco. retire su monolito en la plaza San Juan Bautista y proceda a cambiar de nombre al barrio. retirada también de las medallas de oro a Francisco Franco Bahamonde (1937), Fidel Dávila Arrondo (1939) y Luis Carrero Blanco (1974). Así como colabore con las organizaciones que trabajan en la recuperación de la memoria histórica de las víctimas de la guerra civil y del franquismo en burgos.
Pedimos al Ministerio de Defensa:
Que retire todos los textos y placas del museo del ejercito del acuertalamiento Diego Porcelos, que será trasladado próximamente a Capitanía, que ensalzan al golpe de estado del 1936. retirando las distintas imágenes de los golpistas, símbolos y medallas nazis. Así como citar a los distintos militares leales a la República que fueron fusilados en Burgos.
Por el respeto a todas las víctimas y a la democracia. ¡¡No pasarán!!
1- Documental del canal historia, declaraciones de René Brut
2- Portada del Diario de Lisboa, 15 de agosto de 1936.
3- John T. Whitaker, We cannot escape history, Macmillan, New York, 1943, pág. 113.
4- Boletín oficial extraordinario de la provincia de Badajoz, 14 de agosto de 1936.
5- Artículo del historiador Luis Castro Berrojo, Burgos Digital 30 de enero de 2014.
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