Desde 1978, nos han dicho que vivimos en una feliz democracia, como un hermoso cuento para niños; sin embargo cuando uno se hace adulto comprende que la realidad vence a la ficción. A nadie con dos dedos de frente, se le escapa que cada día que pasa el pueblo pierde más poder, más derechos, más libertades. Hoy, la soberanía nacional la marcan los mercados financieros y las élites económicas, por no hablar de los corruptos que se sientan detrás de una mesa y dan órdenes.
Diez razones por la que España no es una democracia.
1. La Jefatura de Estado la impuso la dictadura franquista
El franquismo fue un régimen a todas luces ilegal, porque surgió de un golpe de Estado contra la República Legalmente constituida en democracia. El príncipe Juan Carlos, tras jurar lealtad al genocida Franco y a las leyes franquistas, sería designado por el dictador como su sucesor.
2. La Jefatura de Estado no es electa
La monarquía es vitalicia y se hereda de padres a hijos como si fuera un cortijo de ferias, por lo tanto tiene un caracter profundamente antidemocrático, además de tener una total opacidad y descontrol de las cuentas que le asigna el estado para su mantenimiento.
3. Las cuentas del Estado las lleva Alemania.
El gobierno no consulta al pueblo las decisiones importantes mediante referéndum y sigue las directrices económicas que marca Angela Merkel desde Bruselas. Se habla incluso de que España es una provincia de Alemania.
4. La justicia no es igual para todos.
El poder judicial es partidista porque lo eligen los partidos políticos. Carece de independencia y permite que la figura del rey sea inviolable. La justicia da privilegios e indulta a los grandes ladrones, lo que genera desigualdades y crea ciudadanos de primera, segunda y tercera.
Respecto a los Derechos Humanos, España es el segundo país del mundo en número de desaparecidos (más de 120.000) cuyos restos no han sido recuperados ni identificados, tras Camboya. La apología al franquismo es legal y la Ley de Amnistía de 1977 impide juzgar a los criminales franquistas.
5. La soberanía nacional no reside en el pueblo.
La democracia se limita a votar cada 4 años a algunos representantes políticos. Lo que se significa como una carta en blanco para que los políticos maniobren a su antojo, sin que el ciudadano tenga herramientas útiles (Referéndum vinculantes, ILP's sin la correspondiente censura del congreso y senado) para poder cambiar las negligencias políticas.
6. Recorte de libertades.
La ley mordaza aprobada recientemente por el gobierno, es una vulneración total de las libertades esenciales en democracia como son la libre expresión, la información o el derecho a manifestarse. Lo que da pie a la criminalización de la protesta social. Por otra parte, se ha anulado el derecho a decidir de las mujeres sobre el aborto.
7. La Constitución es papel mojado
La Constitución de 1978 es el documento oficial que más artículos incumple, se ha convertido en un papel mojado, incapaz de garantizar los derechos ciudadanos elementales: salud y educación públicas, derecho a techo, salarios o pensiones dignas. Además de ser un documento cerrado, que da privilegios a la monarquía que nadie eligió por referéndum y que vino impuesta por la dictadura anterior.
8. El sistema electoral es fraudulento.
El reparto de los votos es desproporcionado, los grandes partidos están sobrerepresentados, es decir, tienen más diputados de los que les corresponden, todo a costa de los partidos minoritarios, lo que facilita un bipartidismo político. Las reglas del juego no son iguales para todos, es como jugar una partida con las "cartas marcadas".
9. La Corrupción se ha institucionalizado
En España no dimite nadie por corrupto. En muchos casos hemos visto que en las listas electorales participaban políticos imputados en múltiples casos de corrupción. Por si esto fuera poco, la corrupción ha salpicado a la monarquía.
10. Las Listas electorales son cerradas
Los votantes no tienen la opción de elegir a un representante, sino que tienen que elegir una lista cerrada de representantes. Esto no sucedía durante la II República donde las listas eran abiertas. Por otra parte, los diputados y senadores están sometidos a la disciplina de partido, sin tener en muchos casos libertad de voto.
Luis Egea