Estos días estamos viviendo un gran movimiento con gran parte de las resoluciones de las Becas MEC. Las partes fijas de la becas son las que están llamando la atención, pues son las que más se están tramitando, aunque existen ya resoluciones de partes variables, siendo estas en ocasiones de chiste.
Cuando un estudiante cumple todos los requisitos, y pide su beca, vive con el temor a no recibirla, pues no quiere ser una carga económica para su familia, que vive de ayudas, de la pensión del abuelo, o simplemente la renta familiar no podría soportar una carga mensual tan fuerte. Recordemos que la ir a la universidad no solo significa pagar una matrícula, también hablamos de vivienda, transporte, manutención, materiales…etc. en sí, hablamos de dignidad y derecho. Mucha gente puede pensar que no existen estos casos, pero cuando pasas el día a día inmerso en el proceso de tu propia beca, coincides con más estudiantes que están pasando por problemas mayores a los tuyos.
Uno de estos casos es el que le ocurre a Antonio Carlos Raigón López, procedente de El Carpio (Córdoba), y que actualmente estudia en Jerez de la Frontera (Cádiz). Se encuentra en 5º de Publicidad y Relaciones Públicas, contando con una nota media de 7,23 en el año 2012. Antonio Carlos me indicó como su madre limpia habitaciones en un hotel y su padre es autónomo repartiendo para Panrico (ya conocemos la situación actual de dicha empresa). La resolución de su beca le llegó hace escasos días, denegándole cualquier cuantía en la parte fija y al parecer en la variable de la que no indica nada en el informe que ha recibido. En su denegación no se alegan motivos claros de porqué es rechazada, y esto choca más aún cuando la renta de su familia entra dentro del umbral para percibir beca. En un inicio podría ser referente a su patrimonio, pero era algo imposible, pues no cuentan con propiedades (ni la vivienda familiar). Antonio se informó sobre lo que podía ocurrir, recurriendo a una abogado. Al parecer, durante el pasado año, su padre cobró del seguro unos seis meses de baja por enfermedad (una cuantía que ronda los 4000 euros). Este dinero supone para el Ministerio el argumento para denegar su beca. La situación es límite, pues sin la beca, Antonio Carlos tendría que replantearse su carrera y seguir buscando trabajaos de ya de por sí no encuentra.
Otro ejemplo claro es el de Amanda Bueno Seguín, de Elche (Alicante) y que cursa 4º de Bellas Artes en la UCLM (Campus de Cuenca). Amanda cuenta sin perder su buen humor, como indigna recibir una cuantía chistosa, resultando incluso insultante. Su madre se divorció, y convive con ella y su hermana mayor cuando vuelve en épocas no lectivas. Actualmente su hermana es la sustentadora de la familia pagando el alquiler mediante trabajos temporales que encuentra, ayudando así a su madre que se encuentra en paro. Amanda indica que su único trabajo fue en la biblioteca de la universidad durante dos años, recibiendo una beca de colaboración, pero eso se dio en cursos pasados, lo cual no afecta a la beca MEC. Su nota media es alta, superando con creces la de su rama, lo cual tampoco supondría un impedimento para su beca. Cuál fue su sorpresa al ver la resolución de su beca; solo le abonan la matrícula (parte fija) y 60 euros en la parte variable. Es triste y cómico a la vez, pues te indigna y te sientes insultada, pero a la vez sientes temor a no poder seguir trabajando para labrar un futuro propio. Esta beca no cubre apenas las necesidades de Amanda, pues la deja en una delicada situación. Actualmente la reclamación es la única manera que tiene de intentar cambiar su situación.
La situación que Antonio Carlos y Amanda están sufriendo es extensible a muchos y muchas más estudiantes que pasan por la misma situación, pues no son ejemplos aislados. Luchar a diario es lo único que podemos hacer para ayudar en esta situación, pues sentándonos y desertando del frente nunca conseguiremos nada.
Carlos Albalate Sánchez