Ya sabemos que el PSOE es un partido monárquico, por más que se empiezan a escuchar silbidos y abucheos a la Corona en sus últimas grandes conferencias políticas. Pero resulta escandaloso su silencio ante la manipulación de la Justicia que el Gobierno y el Fiscal General del Estado están llevando a cabo para impedir que la Infanta Cristina sea imputada y declare en el caso Nóos, a pesar del cúmulo de indicios que prueban que la hija del Rey se benefició familiar y personalmente del dinero público estafado por su esposo Iñaki Urdangarin en varias administraciones del Estado, y que el matrimonio ‘blanqueó’ de manera descarada a través de su empresa familiar Aizoon, utilizando ese dinero procedente de los delitos de malversación y cohecho en pagar gastos de la mansión de Pedralbes que quedó ‘encalada’ o blanqueada con esos fondos fraudulentos.
¿Por qué se calla el PSOE sobre este asunto y no pide que aquí se aplique la norma constitucional de que todos somos iguales ante la ley? Pues porque existe un pacto secreto de Rajoy y Rubalcaba para proteger a la Corona y a la familia real a ultranza, y de ahí no se van a bajar porque ahora dicen que la crisis de la realeza en las difíciles circunstancias españolas podría empeorar la confianza en España en este momento delicado del despegue de la economía.
No cabe duda que si el PSOE levanta la bandera republicana sus votantes subirían en gran cantidad. En realidad ellos y el diario El País podrían poner patas arriba España con un discurso a favor de la República, por ello el aparato del poder económico y financiero de El País se siente cómodo con Rubalcaba -al que consideran un ‘estadista’- y también consienten y refinancian la enorme deuda de 3.300 millones del Grupo Prisa. Algo asombroso que habría llevado a la quiebra a cualquier empresa pero que en este caso no ocurre porque la potencia de fuego del diario El País podría poner en peligro el régimen vigente y desbaratar la situación económica y social del país más de lo que está.
Sabido es que el PP y los medios de comunicación de la derecha -salvo el diario El Mundo que va a su aire y a la desesperada- no van a pedir la imputación y declaración de la Infanta porque están inmersos en la operación de salvación de la Familia Real, que les puede salir muy mal. Porque puede acabar por convertirse en un efecto boomerang tanto para la Corona como para el Gobierno, el PP y también el PSOE. Porque este escándalo puede convertirse en la punta de lanza de la indignación nacional, en la bandera de la corrupción por encima de Bárcenas, los ERE y la UGT. Y, en ese caso, se pondría en marcha una dinámica que luego será más que imposible de reconducir y frenar. Si una foto de los Duques de Palma, encabezara en Madrid una manifestación en contra de la corrupción las consecuencias políticas y sociales de semejante exhibición serían tremendas e incontrolables.
Pero visto el reciente pacto y reparto de la Justicia entre el PSOE y el PP todo anuncia a que, por el momento, nada va a cambiar y que la operación del ‘salvar a la Infanta’ continuará. Lo que hará que el Rey en su discurso de Navidad no podrá repetir la frase de que ‘todos -salvo él- somos iguales ante la ley’.
Marcello
Fuente: www.republica.com