Cómo me alegro. Objetivo cumplido. Un banco más con grandes beneficios. ¿O no es un banco más? Bueno, al menos no debería serlo. Es un banco rescatado. Un banco que nos ha costado la friolera de 24.000 millones de euros, sin despeinarnos.
Ahí le tienen, este año pasará de los 1200 millones de beneficios, hasta ahora ya tiene asegurados hasta septiembre: 855 millones de euros de beneficio neto (casi un 8% más que el año anterior). Y todos tan contentos. Bueno todos no. Me refería a todos los del consejo de administración, que se llevan sus buenos picos, y al gobierno que cuando oye hablar de beneficios de empresas alcanza orgasmos de dimensión gigantesca, sin importarle nada más.
Pero claro, aquí hay un ligero problema y es que Bankia está en pie, a pesar de Blesa, de Rato y de otros sinvergüenzas, por el dinero de los contribuyentes. O sea que cuando estaba quebrado, el gobierno lo rescató con nuestro dinero, pero ahora que obtiene beneficios se los queda como si tal cosa.
A todo esto unamos el hecho de las preferentes. Esos engaños sinvergüenzas que de forma organizada sirvieron para timar a clientes modestos y afanarles sus ahorros.
Es por ello que resulta incomprensible que Bankia y su empresa matriz BFA (que ha obtenido 1890 millones de euros de beneficios) obtengan réditos tan jugosos y sólo sirva para engrandecerse, y cuando estén a punto, privatizarlos y ser vendidos por cuatro perras a algún otro banco más importante. Ese es el fin.
Y claro yo propondría, ya sé que seguramente es una utopía con este gobierno, que, con esos cientos de millones de jugosos beneficios que viene obteniendo desde hace tres años, en primer lugar, devolvieran el dinero a los preferentistas. Después vendrían los pequeños inversores engañados con la salida a bolsa de Bankia (al fin y al cabo está perdiendo más de el 90% de los juicios y le toca pagar además de las cantidades estafadas, los intereses y los gastos judiciales), y por último el dinero del rescate.
¿Acaso no es la primera obligación de un timador, devolver las cantidades timadas? Está claro que en este país no. Aquí, tenemos ejemplos que nos dicen que de devolver la pasta nada de nada, y si no que se lo pregunten a los grandes corruptos de este país. Y en el caso de Bankia, igual, nadie obliga a que devuelvan el dinero a los timados.
Todo el dinero que están obteniendo los preferentistas y los pequeños inversionistas es a costa de luchar y de pagar abogados, sin contar que con la edad que tienen, muchos se quedan en el camino.
Y es que es hablar con la pared. Rajoy, De Guindos, Montoro y todo el equipo económico de este gobierno defiende a quien defiende y obliga a los timados a pleitear para conseguir lo que es suyo. Y todo esto cuando podía ordenar que Bankia devolviera el dinero (es un banco que es mayoritariamente público y por lo tanto bastaría una decisión política). Para presumir de beneficios, el gobierno debería obligar a Bankia que primero barriese su propia casa, dejase todo limpio de polvo y paja y pagase lo que debe a sus estafados.
Es necesario otro gobierno. Un gobierno con alma, sensible, capaz de tomar decisiones en favor de los más desfavorecidos. Que haga entrar por el aro a las grandes empresas y que no sea cómplice con ellas. Por muchas cosas, pero también por esto, nos jugamos mucho el 20-D. ¡No volvamos a las andadas!
Salud y República
Rafa García Almazán
Fuente: Kabila