Emilio Martínez Garrido, fue el último alcalde republicano de Vigo. Nació en la localidad viguesa de Lavadores el 17 de diciembre de 1886, siendo fusilado el 27 de agosto de 1936.
Presidió el Ayuntamiento de Vigo en dos etapas, entre 1932 y 1934 y desde el 21 de febrero de 1936 al 20 de julio de 1936.
Vinculado políticamente PSOE y a la UGT, alternó su vida política con industrial, pues era propietario de una funeraria llamada El Óbito, también era un gran aficionado a la capintería.
Fue candidato del PSOE por Pontevedra en las elecciones generales de 1933, sin resultar elegido. En 1934 fue procesado por delito de imprenta y durante la revolución de octubre perteneció al Comité Revolucionario de Vigo, por lo que fue encarcelado, permaneciendo en prisión hasta el 24 de diciembre de ese mismo año.
Formó parte de la Comisión de alcaldes de Galicia, que viajó a Madrid el 13 de julio de 1936 para hacer entrega del Estatuto gallego a las Cortes de la República, regresando a Vigo el día 18.
Al comenzar la Guerra Civil Española, el día 19 de julio, se formó en Vigo un Comité del Frente Popular con la participación de concejales, el alcalde y diputados, cuando el gobierno republicano llamó a la formación de comités permanentes para hacer frente a la crisis.
Reunidos en el Ayuntamiento de Vigo, el Comité intentó mantener la tranquilidad en la ciudad. Cuando el oficial al mando de la Guardia de Asalto ofreció sus hombres para defender el ayuntamiento y armar voluntarios, el alcalde se negó, aduciendo que el comandante de la guarnición militar había dado su palabra de lealtad. Cuando los responsables de la Confederación Nacional del Trabajo en la ciudad (importante núcleo obrero) se ofrecieron al Comité para defender la ciudad ante el golpe inminente y pidieron armas, el alcalde se negó dado que confiaba en la palabra del comandante de la guarnición.
El día 20 de julio, los miembros del Comité del Frente Popular fueron detenidos, entre ellos Martínez Garrido. Tras ser desposeído de su cargo, fue condenado a muerte tras un Consejo de Guerra sumarísimo por delito de traición, siendo fusilado el día 27 de agosto de 1936, contra la tapia del cementerio de Pereiró, junto a otros siete militantes socialistas y republicanos, compañeros de Corporación, entre los que se encontraban el alcalde de Lavadores, José Antela Comde, y los diputados socialistas Antonino Bilbatúa Zubeldia, Ignacio Seoane Fernández y Enrique Heraclio Botana.
En la actualidad, hay una calle en Vigo que lleva su nombre.
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