Hace unos meses surgió el colectivo Somos Izquierda, con la fuerza que solamente la unidad ideológica intacta puede conseguir. Más allá de siglas y partidos, se unieron los ideales. Ahora se han presentado en Madrid. Aglutina a personas de distintos partidos: PSOE, de la corriente Izquierda Socialista, Podemos, EQUO, Izquierda Abierta de IU, Alternativa Socialista, personas que no militan en ningún partido y gente de la cultura. Han elaborado un programa de mínimos, bajo «criterios socialistas democráticos».
La plataforma, que no es un nuevo partido, pretende establecer una hoja de ruta, que sirva a las cúpulas de sus respectivos partidos, para establecer pactos y articular una candidatura única contra el Partido Popular. Su ideario se identifica con la justicia social, el reparto de la riqueza, la transparencia, los derechos sociales de la ciudadanía, la mejora de la democracia, el desarrollo de un sistema global que haga frente a las aberraciones que tienen lugar en terceros países, la defensa del medio ambiente, el desarrollo de políticas de igualdad de oportunidades para la mujer y el respeto a la dignidad de las personas dependientes.
Cuanto más dividida esté la izquierda, más fácilmente llegan al poder los partidos neoliberales. Frente a la unidad de la derecha, la izquierda se ha caracterizado por marcar sus diferencias. Esto, en principio, por si mismo no es negativo, pero si lo es, desde el momento en el que la derecha se aprovecha en su beneficio. Ya hemos visto lo que ocurre cuando las fuerzas de la izquierda se unen, para la conformación de los ayuntamientos y gobiernos en comunidades autónomas, surgidos del 24M.
La división de la izquierda viene de lejos. Hoy, mientras el PP se aglutina en un amplio espectro, con liberales, democristianos, conservadores, franquistas y con la extrema derecha, además de su marca blanca Ciudadanos, la izquierda sigue dividida y en el peor de los casos enfrentados, incluso entre las diferentes familias, en el seno mismo de las propias formaciones. De ahí que la iniciativa Somos Izquierda, venga en buen momento y con buena cara, para concurrir a las próximas elecciones generales.
La izquierda por su propia naturaleza, tiene una actitud crítica, cuestionando al poder y a quienes lo ejercen. La ética de la crítica rigurosa, es común en la izquierda, hasta el punto de volverse en su contra. Según MaxWeber, la ética de las convicciones tiende a aplicar los principios morales de modo absoluto, sin importar las consecuencias que provoca la conducta. El objetivo de la acción política, consiste en la transformación de la realidad injusta y la función de las ideas y principios en hacerlo posible.
Ante la realidad social que nos atenaza, los partidos políticos tradicionales de la izquierda y las nuevas formaciones «emergentes», deben hacer un esfuerzo para superar las contradicciones históricas conocidas. Deben llegar a un compromiso por encontrar elementos comunes ideológicos y abundar en una misma acción, contra la derecha antisocial y reaccionaria, que se mantiene en el poder ya hace demasiado tiempo. Este es el objetivo de «Somos Izquierda». Un proyecto horizontal de confluencia, que pretende la unidad de la izquierda más allá de siglas, partidos y personalismos.
Para Somos Izquierda, hay algo más importante que las siglas, el color de la bandera o del nombre del líder. En su Manifiesto, entienden que lo importante son «las comunes ideas de izquierdas. Ideas de amplio espectro como la libertad, la igualdad, la justicia, la solidaridad y el progreso. Que todos podamos vivir dignamente en igualdad, sin explotadores ni explotados», concluyen.
En la reflexión de supresentación, Somos Izquierda, entiende que los gobiernos conservadores someten la democracia a los intereses de los mercados, supeditando los derechos básicos de la ciudadanía, a criterios especulativos. Amnistiar a los evasores fiscales, rescatar a la banca privada con dinero público, especular con bienes de primera necesidad —vivienda, salud, alimentos, educación—, es su seña de identidad. Limitar derechos fundamentales —de información y expresión—, amordazando a la ciudadanía, se ha convertido en su herramienta para implantar un sistema cercano al totalitarismo. Lo quieren todo a costa de la precariedad laboral y con altas tasas de desempleo.
Para evitar que la derecha se salga con la suya, es necesario que la izquierda esté unida. «Gobiernos que pongan por delante los intereses de la ciudadanía, que recuperen los sistemas de gobiernos democráticos, transparentes, eliminando cualquier sombra de corrupción. Regular los mercados, para que sean gestionados en beneficio de la ciudadanía, acabando con especulaciones peligrosas que ponen en riesgo la viabilidad de una sociedad fundamentada en criterios de justicia social».
Las bases de determinados partidos, de organizaciones sindicales y gente independiente, quieren poner punto y final a la batalla de la izquierda, sin sentido, creando un proyecto de confluencia desde la base. Son conscientes de que hay muchas más cuestiones en común que diferencias. Consideran fundamental y urgente la unión, planteando objetivos comunes que sumen, y no resten. «Competir entre nosotros nos hace ser más pequeños, ante un sistema injusto que cada vez tiene más fuerza».
La defensa de los servicios públicos, la recuperación del Estado de Bienestar y la «firme voluntad de avanzar hacia fórmulas de democracia participativa y directa» son algunos de los principales fines sobre los que gira el programa presentado el pasado día 20 de junio. La plataforma pretende demostrar a las cúpulas de sus partidos «que es posible el entendimiento». Todo parece que entre las bases hay diálogo y comparten muchas más cosas de las que parece. «Desde las direcciones de los partidos apuestan por una dinámica de competición», que Somos de Izquierda no tiene.
Este es un proyecto común, en el que nadie renuncia a las siglas para integrarse, señalaBeatriz Talegón. Considera que los partidos de izquierda tienen «muchos más objetivos comunes que diferencias, que son las que se encargan de hacer prevalecer los dirigentes». Hizo un llamamiento a los militantes de los partidos de izquierda, organizaciones e independientes para realizar una presión colectiva por la unidad y se sumen a la plataforma. Que si peca de algo es de juventud, fuerza y compromiso.
Esta plataforma de carácter horizontal, tiene el gran objetivo de retirar a la derecha del gobierno. Hay que apartarse de la visión que algunos tienen, desde las cúpulas de los partidos, de sacralizar su misión. La lucha por la igualdad, la justicia social y la solidaridad es de izquierdas y desde la unidad y la pluralidad hay que trabajar por ello.
Víctor Arrogante
En Twitter @caval00