En esta tierra tenemos una asignatura pendiente. Después de más de 30 años de gobierno del PSOE, continúa habiendo una estructura arcaica. El 50% de la tierra está en las manos de un 2%. La Casa de Alba tiene 11 cortijos (siete en Sevilla y cuatro en Córdoba). Recibe 3 millones de euros de la Política Agraria Común (PAC), como el resto de terratenientes, que constan como gastos corrientes. No tienen ninguna finalidad. No les exigen puestos de trabajo, ni transformación de los productos agrarios, ni respeto al medio. Nada. Ni tan solo cumplen los convenios ni ninguna norma con el trabajador porque no hay contrato. Hoy en día los contratos en el campo todavía son verbales.
Sentimos la muerte de cualquier persona, pero la Casa de Alba, la casta aristocrática y terrateniente tienen parte de la culpa del subdesarrollo de esta tierra. Hay 500.000 jornaleros parados, sin trabajo ni tierra, cobrando una miseria de subsidio agrario -que sólo pueden cobrar el 40%. Vivimos un atraso económico y social. Tenemos mano de obra barata y materia prima que se transporta a otros lugares. Este es el acuerdo histórico de la burguesía del norte con la burguesía terrateniente andaluza. Y cuando en los años sesenta se tecnifica el campo, con la consiguiente revolución verde, dos millones de personas se tuvieron que marchar de Andalucía.
Los gobiernos han sostenido esta situación. Las tierras se labran para cobrar las subvenciones. Sólo siete propietarios de tierra reciben 30 millones de euros en subvenciones por tener tierras. El 20% de los propietarios se lleva el 80% de las ayudas. después se quedan con el PER, como hace Duran i Lleida. Mira, el PER en Andalucía existe porque los políticos no han hecho una política favorable a la mayoría de la población para desarrollar nuestra agricultura y dar trabajo. Nosotros no queremos PER ni subsidios. Las manos de un trabajador tienen que servir para crear riqueza y no para pedir limosna. Los políticos son los culpables porque han favorecido el caciquismo.
Cuando Cayetano de Alba dijo que en Andalucía la gente no quiere trabajar, le ocupamos su finca, porque era un insulto. Nosotros habíamos trabajado todos sus campos, de sol a sol.
Los gobiernos deberían de aplicar una reforma agraria, porque las tierras de los grandes propietarios pasaran a manos de cooperativas y ayuntamientos, y fuesen públicas. La tieerra es un don de la naturaleza, un don de Dios para los creyentes, y debe estar al servicio del ser humano, no en manos de cuatro caciques.
La duquesa de Alba es una persona más que se va a sus dos metros de tierra, que es lo que debe tener todo el mundo. ¿Para qué quieres tantas tierras si cuando te mueres tienes bastante con dos metros cuadrados?Y no cambiará nunca. La Casa de Alba es un imperio. Está destinada, como todos los terratenientes, a vivir de sus grandes propiedades y no pensar ni en las comarcas, ni en el desarrollo, ni en la economía, ni en la transformación. No tiene ninguna necesidad.
Diego Cañamero, portavoz nacional del Sindicato Andaluz de Trabajadores/as (SAT)
Opinión recogida telefónicamente por vilaweb.cat