Los socialistas temen que la plataforma de Pablo Iglesias les arrebate el segundo puesto en el sondeo que el CIS difundirá la próxima semana
Vértigo, desazón, preocupación, angustia... Incluso Susana Díaz se ve ya incapaz de desdeñar la potencia del huracán Podemos. Ya no minimiza el daño que sus vientos sostenidos pueden causar en el PSOE, y en el actual sistema de partidos en su conjunto. Queda menos de una semana para que el Centro de Investigaciones Sociológicas haga público su barómetro de octubre y en el principal partido de la oposición han comenzado a saltar todas las alarmas. Se habla incluso de que la formación liderada por Pablo Iglesias le supere en intención directa de voto. En el fondo, nadie se sorprende. Cada nuevo escándalo de corrupción equivale, según fuentes del partido, a una «palada» de votantes que se van. Y el problema es que encuentran pocas fórmulas para detenerlos.
«Lo nuestro no es un problema de discurso -se lamentaba esta misma semana una dirigente del partido-; a mí me reclaman que hagamos cosas que ya estamos haciendo. Es la prueba de que no llegamos al ciudadano». Díaz tampoco se mostró muy confiada ayer, durante un desayuno informativo en Madrid, en que las promesas de regeneración tengan efecto. «Creo que la gente ya no cree en la palabra de los políticos. Ya no basta con pedir perdón y con hablar de pactos», admitió.
La presidenta andaluza defendió que lo que hacen falta son «hechos», pero sobre todo trató de desmontar el discurso de Podemos. Y advirtió contra lo que puede traer a España. «Si la gente lo está pasando mal y le ofrecen soluciones milagrosas es normal que en un primer momento a los ciudadanos les suene bien la música, pero yo animo a que leamos la letra», reclamó. Díaz comparó incluso al partido de Pablo Iglesias con el Frente Popular de Marine Le Pen. Advirtió de que ambos adolecen de «un cesarismo incompatible con esa gran participación de que hacen gala».
P. de las Heras
Fuente: www.elcorreo.com