El pasado jueves y ya van dos, los ciudadanos, vecinos y vecinas de Madrid, han vuelto a dar muestras de su humanidad, solidaridad y compromiso social y aun siendo en pleno mes vacacional, en peno mes de Agosto, cuando menos gente hay en la capital, bajo un sol castigador que nos obsequiaba con más de 38 grados de un intenso calor insoportable y con una complicidad, (no por esperada, que se esperaba), emocionante, se han reunido en las calles de Madrid, manifestándose de la forma más pacifica, pero reivindicativa y directa, en apoyo del pueblo gazatí y por ende, de todos los palestinos y palestinas que están sufriendo la barbarie israelí, bajo unas circunstancias aberrantes e inhumanas, pero con el orgullo y la valentía, de los que defienden su integridad, su honor, su historia, su dignidad.
Miles de ciudadanos y ciudadanas transitaron como uno solo, desde la plaza de Antón Martín, hasta la plaza Mayor, donde una vez congregados y bajo una tensión ambiental y un orden sin precedentes, realizaron una vigilia con velas y pinturas, homenajeando el recuerdo de todos los asesinados por el gobierno genocida de Israel.
Digno y justo es de resaltar, los cientos de ciudadanos, que no congregados desde un principio, se fueron uniendo a la columna humana.
Familias enteras, con sus carros de bebes, con ellos en brazos, grupos de jóvenes, ancianos (con más fuerza y ganas que muchos de nosotros), que prefirieron unirse a una reivindicación justa y obligada, en vez de pasar la tarde, de una manera más amena y divertida.
Obligado es mencionar, no solo por la puesta en escena, perfecta, sino por la emotividad que produjo, (pude ver in situ y consolar a más de una persona que no pudieron contener la rabia, la pena y las lágrimas de impotencia que produce dicha situación velica del holocausto), la performan que se realizó, junto a las velas encendidas en el suelo de la Plaza Mayor, que colocadas de manera estratégica, se podía leer la palabra GAZA.
Felicidades y agradecimientos a las personas que tan dignamente llevaron a cabo tal homenaje.
Dicha performan consistió en varias personas anónimas, tumbadas en el suelo y amortajadas a la manera típica palestina, manchadas de sangre inocente, demostrando al mundo, que no son cifras, ni números, ni objetos, que son seres humanos, personas asesinadas cobardemente, por el ejército más poderoso del mundo y con la complicidad delincuente de los que lo apoyan y de los que cobardemente callan.
La emoción y el sentimiento flotaban en una plaza Mayor, donde ya anochecido, cuando más visibles y hermosas brillaban las velas, las almas de esos más dos mil asesinados, que en espíritu, se encontraban con todos nosotros.
Me encantaría poder decir a voz en grito, que esta ha sido la última manifestación en protesta y denuncia, contra el holocausto y el genocidio israelí, ojala.
Habrá que esperar acontecimientos.
Manu Sánchez
Fuente: Libre-Prensa