No es la primera vez que a los periodistas y fotógrafos se les impide hacer su trabajo, cuando se trata la Familia Real. Según publica la página vanitatis- elconfidencial, este jueves el rey Felipe VI se fue de cena con sus amigos, de nuevo sin la reina Letizia.
El restaurante escogido por el Rey y sus acompañantes fue el Bazaar, un oriental de precios muy asequibles cerca del mercado de San Antón. El grupo ocupó una de las mesas de la planta inferior para pasar más desapercibidos. A pesar de intentar que no se le reconociera, muchos fueron los comensales que advirtieron la presencia de Su Majestad.Sobre las 23:50 el rey Felipe VI y sus cinco amigos abandonaban el restaurante entre fuertes medidas de seguridad y recorrían los más de 200 metros que lo separaban de su coche. Fue entonces cuando en la calle Libertad –paradójicamente– se produjo un encontronazo del cuerpo de seguridad de don Felipe con los dos miembros de la prensa que esperaban su salida.
Tal y como presenció Vanitatis, el séquito de guardaespaldas intentaron impedir con formas demasiado bruscas que los medios realizaran su trabajo y fotografiasen a Su Majestad.
Manotazos, zarandeos y empujones fueron el espectáculo que vieron los curiosos que se acercaron ante la inesperada presencia del Rey por las calles de Chueca.
Durante el altercado, uno de los guardaespaldas prodigó varios insultos a una periodista, a quien llamó “idiota” mientras que intentaba quitarle el móvil. Ante esta actitud, uno de los espectadores grito: “¡Vaya vergüenza de país!”, palabras que hicieron que don Felipe se volviese.
Sin embargo, frente a lo que se pudiese esperar, el monarca mostró una fría impasibilidad ante tan bochornosa exhibición y continuó como si nada.
A uno de los fotógrafos le inmovilizaron, retuvieron y le pidieron la documentación, además le requisaron la tarjeta de memoria de su cámara fotográfica.
Nuria Tiburcio
Fuente: www.vanitatis.elconfidencial.com