El cáncer lidera la lista de dolencias. Hay enfermedades autoinmunes y degenerativas, trastornos del sueño, sensación de agotamiento extremo, problemas de presión y de tiroides, entre otras.
La zona centro arrojó los índices más alarmantes: en 21 domicilios, habitados por 44 personas, se registraron 15 casos de cáncer. Esta área es la más peligrosa, ya que en pocas cuadras se concentran tres mástiles, provocando un efecto de sinergia.
En Gendarmería la situación no reviste menor gravedad: en 27 domicilios, habitados por 90 personas, se detectaron 10 casos de cáncer, más otras dolencias graves, como esclerosis múltiple y Parkinson.
Entre ambas áreas, en el total de los 49 hogares encuestados, de 124 habitantes, se detectaron 25 casos de cáncer. A esto se suman otras enfermedades vinculadas con la contaminación electromagnética: enfermedades autoinmunes y degenerativas, trastornos del sueño, sensación de agotamiento extremo, problemas de presión y de tiroides, entre otras.
Sumando todas las dolencias, el porcentaje de población enferma en las áreas estudiadas ronda el 40 por ciento. Casi todos sufren trastornos múltiples de salud, una característica emblemática de los afectados por contaminación electromagnética: los problemas se combinan y se multiplican, sin causa aparente para los médicos.
Un dato sintomático es que los habitantes de las zonas calientes no registran trastornos de salud cuando su residencia en el lugar data de tiempo reciente.
Esto está en sintonía con los indicios de que los efectos graves sobre las personas se comienzan a manifestar al cabo de 5 años residiendo en las áreas más contaminadas.
La encuesta fue desarrollada durante los primeros meses de 2013, visitando hogares personalmente en áreas adyacentes a los mástiles de telefonía móvil.
También se recibieron datos a través de un formulario publicado en El Nuevo Cronista.
La encuesta se confeccionó en base a a estudios internacionales (Bioinitiative Report, Declaración de Friburgo)que vinculan ciertas enfermedades con la contaminación electromagnética.
Hay otras enfermedades cuyo índice se dispara, que no fueron incluidas en el estudio, pero que también se sospecha vinculadas a la exposición a microondas.
Entre ellas, una que tiene crecientes víctimas: el ACV.
El relevamiento fue realizado por la psicóloga social Evangelina Vícoli, y se dio por concluido con una muestra que los impulsores estimamos suficiente para verificar indicios de que algo raro está pasando con la salud de los mercedinos, especialmente en las áreas de mayor concentración de radiaciones.
La muestra es pequeña -está limitada a las manzanas señaladas en el diagrama- y abre muchos interrogantes.
¿Cuántos enfermos encontraremos si encuestamos todo el centro, o aún más? ¿Todo Mercedes tiene este índice de enfermedades, o solamente las áreas cercanas a los mástiles?
Para avanzar en este estudio, necesitamos mayor apoyo de la comunidad y las autoridades, y el involucramiento de otras instituciones.
La comisión Vibromancia, originada en un estudio para la Universidad Veracruzana de México, desde el 2011 cursó invitaciones -todavía sin respuesta- al municipio de Mercedes, la Dirección de Salud y el Colegio de Médicos.
Desde hace casi dos años reclamamos un estudio epidemiológico, que vincule en una línea de tiempo el aumento de ciertas enfermedades con el aumento de emisiones inalámbricas.
Otra posibilidad más completa es un mapa por áreas, que permita analizar el impacto de distintas fuentes patógenas, tanto de los mástiles de telefonía como de la ex planta Dupont, por ejemplo, o las áreas adyacentes al uso de agroquímicos.
Este estudio permitiría un análisis más dinámico, en línea con la idea del “cóctel ambiental” como origen del dramático aumento de ciertas enfermedades en las últimas décadas...
...Luego de varios meses de movilización vecinal por la invasión de antenas clandestinas de telefonía móvil, el Concejo Deliberante de Mercedes votó por unanimidad en septiembre de 2012 dos ordenanzas sobre antenas de telefonía.
Las normas parecen diseñadas a la medida de las corporaciones.
La primera le concedió “consolidación de derechos” a los mástiles clandestinos instalados desde hace más de una década en distintos puntos del partido, entre ellos los tres del centro, lo cual implica su inmediata y graciosa legalización.
La segunda disponía normas muy laxas para la instalación de nuevas antenas.
¿Cuánto pagaron las telefónicas por semejante regalo? Aparentemente, nada.
Los concejales se ofenden cuando señalo que en la operación hubo olor a negociado.
Yo creo que muchos ediles pueden haber votado inocentemente, sin conciencia clara de lo que estaban haciendo.
Pero también creo que este regalo legislativo no es gratis en ninguna parte del mundo....
...La mayoría de los vecinos encuestados no tenían conocimiento de lo que significa la contaminación electromagnética y los daños que puede causar a la salud. Se mostraron interesados en el tema.
Las preguntas más frecuentes que hacían eran en relación a la comprobación científica del daño que pueden producir, si se realiza algún tipo de medición de la radiación y quién autoriza y controla su instalación.
En el barrio de Gendarmería en el cual vivo fue más fácil recoger datos ya que al conocernos entre vecinos, éstos se mostraron más dispuestos a brindarme información acerca de sus problemas de salud y de sus familiares.
Muchas de las personas de este barrio son gendarmes y viven transitoriamente con sus familias. La mayoría de ellos manifestaron estar sanos.
En el centro fue más dificultoso realizar entrevistas. Muchos de los vecinos no se encontraban en sus hogares, otros no franqueaban el acceso por el tema de la inseguridad. En uno de los edificios de la zona que tiene una antena de telefonía móvil en la terraza, puede entrevistar a dos personas, pero al regresar al día siguiente me prohibieron la entrada por orden de la administración del consorcio, alegando “tener todo en regla”.
Los resultados encontrados me sorprendieron y despertaron mucha inquietud.
No esperaba encontrar una cantidad tan elevada de casos de cáncer, otras enfermedades y la manifestación de síntomas en la población expuesta.
Efectivamente solo nos queda la denuncia, en lo que se considera un ataque contra la salud y en contra de lo que es el derecho a estar informado y a la información de que nos tienen que ofrecer el estado, y los gobernantes pero toda no solo la que ellos predican, si hay una sola sospecha por pequeña que sea hay que decirlo y que la gente decida sobre ello, no como ahora que es sí o sí.
Los más escépticos encontraran fallas como por ejemplo que hay otras causas, sobre estos cánceres, u otros factores ambientales, si es posible, pero curiosamente, cuando nos alejamos de dichas antenas, los casos disminuyen, con lo que se eliminan la sospecha de otros factores, esto me recuerda al famoso informe Interphone pagado por la industria que decían que no afectaban a los fetos de las embarazadas, y leyendo el informe te das cuenta que tomaron las medidas a partir de 700 metros de las antenas.
Así cualquiera, el esconder, el negarse a realizar estudios epidemiológicos,” no se hace ninguno” , es porque lo que saldría a la luz no serían buenas noticias, y como el pastel es muy pero que muy grande, alargan la agonía, de mucha gente que ignora este problema y que como si se ve, ni se huele, ni se toca, no relacionan la causa efecto.
Y los médicos, que la mayoría desconocen el tema, (tendencia que cambia muy poco a poco) se mueven por los anticuados efectos térmicos, auspiciados y recomendados por la OMS y los respectivos colegios médicos, y acaban todos políticos sistema sanitario, con una frase muy común esto es estrés, del trabajo de la hipoteca, de la vida misma, y del aire.
Es muy fácil echar la culpa a otra causa para escurrir el bulto, muchos años llevamos discutiendo el tema de la exposición y las normativas creadas a medida de las empresas energéticas y de telecomunicaciones, y como el crecimiento de estas infraestructuras no para de crecer, el problema crece también, y llegará un momento que se ira de las manos, una mesa nacional con los diferentes profesionales y expertos, no como hasta ahora que solo habían expertos de un solo lado, y solucionar un problema que afecta a todos por igual tengan o no tengan dinero para pagarse un tratamiento, y que las antenas unidas a mega expansión del wifi que se está produciendo en todo el mundo, en un plazo razonable no habrá que preocuparse por el exceso de población del planeta.
La zona centro arrojó los índices más alarmantes: en 21 domicilios, habitados por 44 personas, se registraron 15 casos de cáncer. Esta área es la más peligrosa, ya que en pocas cuadras se concentran tres mástiles, provocando un efecto de sinergia.
En Gendarmería la situación no reviste menor gravedad: en 27 domicilios, habitados por 90 personas, se detectaron 10 casos de cáncer, más otras dolencias graves, como esclerosis múltiple y Parkinson.
Entre ambas áreas, en el total de los 49 hogares encuestados, de 124 habitantes, se detectaron 25 casos de cáncer. A esto se suman otras enfermedades vinculadas con la contaminación electromagnética: enfermedades autoinmunes y degenerativas, trastornos del sueño, sensación de agotamiento extremo, problemas de presión y de tiroides, entre otras.
Sumando todas las dolencias, el porcentaje de población enferma en las áreas estudiadas ronda el 40 por ciento. Casi todos sufren trastornos múltiples de salud, una característica emblemática de los afectados por contaminación electromagnética: los problemas se combinan y se multiplican, sin causa aparente para los médicos.
Un dato sintomático es que los habitantes de las zonas calientes no registran trastornos de salud cuando su residencia en el lugar data de tiempo reciente.
Esto está en sintonía con los indicios de que los efectos graves sobre las personas se comienzan a manifestar al cabo de 5 años residiendo en las áreas más contaminadas.
La encuesta fue desarrollada durante los primeros meses de 2013, visitando hogares personalmente en áreas adyacentes a los mástiles de telefonía móvil.
Entre ellas, una que tiene crecientes víctimas: el ACV.
El relevamiento fue realizado por la psicóloga social Evangelina Vícoli, y se dio por concluido con una muestra que los impulsores estimamos suficiente para verificar indicios de que algo raro está pasando con la salud de los mercedinos, especialmente en las áreas de mayor concentración de radiaciones.
La muestra es pequeña -está limitada a las manzanas señaladas en el diagrama- y abre muchos interrogantes.
¿Cuántos enfermos encontraremos si encuestamos todo el centro, o aún más? ¿Todo Mercedes tiene este índice de enfermedades, o solamente las áreas cercanas a los mástiles?
Para avanzar en este estudio, necesitamos mayor apoyo de la comunidad y las autoridades, y el involucramiento de otras instituciones.
Este estudio permitiría un análisis más dinámico, en línea con la idea del “cóctel ambiental” como origen del dramático aumento de ciertas enfermedades en las últimas décadas...
...Luego de varios meses de movilización vecinal por la invasión de antenas clandestinas de telefonía móvil, el Concejo Deliberante de Mercedes votó por unanimidad en septiembre de 2012 dos ordenanzas sobre antenas de telefonía.
La segunda disponía normas muy laxas para la instalación de nuevas antenas.
¿Cuánto pagaron las telefónicas por semejante regalo? Aparentemente, nada.
Pero también creo que este regalo legislativo no es gratis en ninguna parte del mundo....
...La mayoría de los vecinos encuestados no tenían conocimiento de lo que significa la contaminación electromagnética y los daños que puede causar a la salud. Se mostraron interesados en el tema.
Las preguntas más frecuentes que hacían eran en relación a la comprobación científica del daño que pueden producir, si se realiza algún tipo de medición de la radiación y quién autoriza y controla su instalación.
En el barrio de Gendarmería en el cual vivo fue más fácil recoger datos ya que al conocernos entre vecinos, éstos se mostraron más dispuestos a brindarme información acerca de sus problemas de salud y de sus familiares.
Muchas de las personas de este barrio son gendarmes y viven transitoriamente con sus familias. La mayoría de ellos manifestaron estar sanos.
En el centro fue más dificultoso realizar entrevistas. Muchos de los vecinos no se encontraban en sus hogares, otros no franqueaban el acceso por el tema de la inseguridad. En uno de los edificios de la zona que tiene una antena de telefonía móvil en la terraza, puede entrevistar a dos personas, pero al regresar al día siguiente me prohibieron la entrada por orden de la administración del consorcio, alegando “tener todo en regla”.
Los resultados encontrados me sorprendieron y despertaron mucha inquietud.
No esperaba encontrar una cantidad tan elevada de casos de cáncer, otras enfermedades y la manifestación de síntomas en la población expuesta.
Efectivamente solo nos queda la denuncia, en lo que se considera un ataque contra la salud y en contra de lo que es el derecho a estar informado y a la información de que nos tienen que ofrecer el estado, y los gobernantes pero toda no solo la que ellos predican, si hay una sola sospecha por pequeña que sea hay que decirlo y que la gente decida sobre ello, no como ahora que es sí o sí.
Los más escépticos encontraran fallas como por ejemplo que hay otras causas, sobre estos cánceres, u otros factores ambientales, si es posible, pero curiosamente, cuando nos alejamos de dichas antenas, los casos disminuyen, con lo que se eliminan la sospecha de otros factores, esto me recuerda al famoso informe Interphone pagado por la industria que decían que no afectaban a los fetos de las embarazadas, y leyendo el informe te das cuenta que tomaron las medidas a partir de 700 metros de las antenas.
Así cualquiera, el esconder, el negarse a realizar estudios epidemiológicos,” no se hace ninguno” , es porque lo que saldría a la luz no serían buenas noticias, y como el pastel es muy pero que muy grande, alargan la agonía, de mucha gente que ignora este problema y que como si se ve, ni se huele, ni se toca, no relacionan la causa efecto.
Y los médicos, que la mayoría desconocen el tema, (tendencia que cambia muy poco a poco) se mueven por los anticuados efectos térmicos, auspiciados y recomendados por la OMS y los respectivos colegios médicos, y acaban todos políticos sistema sanitario, con una frase muy común esto es estrés, del trabajo de la hipoteca, de la vida misma, y del aire.
Es muy fácil echar la culpa a otra causa para escurrir el bulto, muchos años llevamos discutiendo el tema de la exposición y las normativas creadas a medida de las empresas energéticas y de telecomunicaciones, y como el crecimiento de estas infraestructuras no para de crecer, el problema crece también, y llegará un momento que se ira de las manos, una mesa nacional con los diferentes profesionales y expertos, no como hasta ahora que solo habían expertos de un solo lado, y solucionar un problema que afecta a todos por igual tengan o no tengan dinero para pagarse un tratamiento, y que las antenas unidas a mega expansión del wifi que se está produciendo en todo el mundo, en un plazo razonable no habrá que preocuparse por el exceso de población del planeta.
Las cifras de la encuesta Zonas encuestadas:
centro / vecindades de Gendarmería: 49 domicilios, 135 habitantes.
Cáncer/Leucemia: 25
Sensación de agotamiento extremo: 23
Colesterol – triglicéridos: 19
Trastornos del sueño: 17
Tiroides: 12
Alergias y bronquitis: 10
Artrosis: 7
Presión alta: 8
Intolerancia a la lactosa: 3
Problemas del corazón: 2
Asma: 2
Osteoporosis: 1
Parkinson: 1
Esclerosis múltiple: 1
Anemia: 1
Fuente: La Caja de Pandora