No se ajustan a los "fines científicos" exigidos por la legislación internacional
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha ordenado este lunes a Japón que "revoque" los permisos de caza de ballenas en la Antártida porque no se ajustan a los "fines científicos" exigidos por la legislación internacional.
"Por 12 votos a cuatro, la Corte decide que Japón tendrá que revocar cualquier permiso o licencia relacionado con el programa Jarpa II y evitar pedir otros permisos en el contexto de ese programa", ha anunciado el presidente del mayor órgano judicial de las Naciones Unidas, Peter Tomka, en la lectura del fallo, que acusa a Tokio de haber llevado un negocio haciéndolo pasar por investigación científica.
Los jueces estimaron que los permisos concedidos a Japón desde 1987 "no se ajustan a las provisiones contenidas en el artículo VIII" de la Convención Internacional para la Reglamentación de la Caza de Ballena (ICRW, por sus siglas en inglés).
De este modo, el Tribunal da la razón a Australia, que acusó en 2010 a Japón de practicar la caza de ballenas en el marco de un programa de investigación científica y había pedido a la Corte Internacional de Justicia que ordenara a Japón detener el citado programa Jarpa II.
El II Programa Japonés de Investigaciónsobre Ballenas en el Antártico bajo Permiso Especial (JARPA II, por sus siglas en inglés), habilitaba a los japoneses para realizar estudios sobre el ecosistema antártico y las poblaciones de ballenas, lo que permitía también su caza.
Australia y Nueva Zelanda impulsaron la denuncia contra Japón en los tribunales internacionales porque consideraban que Tokio estaba explotando una laguna legal del programa con la excusa de la investigación científica; ante la denuncia, los japoneses respondieron cuestionando la legitimidad del tribunal para decidir qué es ciencia y qué no lo es.
Japón, para quien la caza de ballenas es una práctica pesquera antigua, sostiene que sus actividades son científicas, pero al mismo tiempo no oculta que la carne de ballena cazada termina en los puestos de los mercados nipones.
Según Australia, Japón ha dado caza a más de 10.000 ballenas entre 1987 y 2009, ballenas Minke en su mayoría, la especie de rorcual más pequeña y también más abundante.
En abril de 2013, Japón había indicado que el número de ballenas cazadas en la Antártida durante la campaña 2012-2013 fue bajo debido al acoso constante de los ecologistas.
La caza de ballenas está prohibida a nivel internacional desde 1986, pero países como Noruega, Islandia y otros países continúan practicándola a pequeña escala, mientras que Japón se amparó en una normativa de la década de 1940 para seguir con esta actividad.
Fuente: www.rtve.es