LA IGLESIA es tanto lo que dice como lo que se calla. Rouco y ella, y el comportamiento de ambos, durante mucho tiempo -nuestras vidas no duran- han hecho mucho daño. Un mal ejemplo puesto a la luz tiene pésimas consecuencias; pero ocultado y luego descubierto nos daña más aún.
Antonio Gala |
La buena voluntad auténtica nutre siempre las mejores consecuencias. En realidad, todo lo que sea impuesto nos transforma en contra de nosotros mismos. Siempre se ha aproximado aquí la gente malvada a la sombra de la Iglesia por esconder o compartir terrenos. Y la Iglesia ha callado también por conveniencia: los papas feroces y algunos con halos de santidad.
Es la actitud que a mí me rebeló de la Iglesia; su afán por el dinero, su amistad sordomuda con el poder; su indiferencia por la bondad auténtica, cuya modestia para nada le sirve; la trascendencia que dio ella, antes sobre todo, a la política, como si fuese más cotidiana, familiar y redentora que la religión (si hay dios, ya pagarán los sagrados colegios episcopales o cardenalicios su indiferencia; si hay dios, no cabe sino la pasión de las hogueras, símbolos de vida y muerte).
La religión ya no llena las vidas: la política no la ha sustituido; la humanidad ni la ha llegado a considerar una virtud, sino una triste manera de actuar, que no sirve ni para salvar la vida de los emigrantes.
ANTONIO GALA
Fuente: www.elmundo.es