La Sala Triángulo ha inaugurado hoy una nueva programación de encuentros socio-políticos en el Centro de Nuevos Creadores - Sala Mirador con un debate entre el economista y diputado nacional de Izquierda Unida, Alberto Garzón, y el escritor, profesor de Ciencias Políticas y líder de Podemos, Pablo Iglesias. El encuentro, que ha registrado un lleno absoluto del espacio y ha hecho que cientos de personas no hayan podido acceder al mismo, ha girado en torno a la pregunta 'Democracia: ¿Qué es una democracia real?' y ha sido presentado por el actor y responsable de programación de la sala, Juan Diego Botto. La periodista Olga Rodríguez ha sido la encargada de moderarlo.
Alberto Garzón ha comenzado su exposición afirmando que España se encuentra “en medio de una transformación radical, en una encrucijada en la que hay que tomar una dirección” como modelo de sociedad. El diputado, conocido por su participación en el 15M, asegura que, a pesar de que en su opinión este movimiento no descubrió nada nuevo, sí ha cambiado la agenda política, colocando una serie de debates sobre sobre el modelo económico y político sobre la mesa.
En su discurso planteó problemas como cuál es la relación entre el representante y el representado, cuáles deben ser las leyes electorales o cuánto deben cobrar los cargos públicos. Para él, en el sistema político actual “si todo funcionase bien de acuerdo a la teoría la voluntad de los representados tendría que ser ejecutada sin ser torcida mientras sube hasta la cúspide de la pirámide hacia el poder ejecutivo”. Así, a su parecer, la democracia de tipo liberal actual consiste en elegir a las élites y que no todo el mundo tenga poder de decisión.
Garzón criticó además instituciones europeas como el Banco Centra Europeo, al que acusa de ser una entidad independiente a pesar de ser teóricamente una entidad pública en la medida en la que gestiona la política monetaria. “En su creación se entendió que los que no saben de economía no puede opinar sobre ella, les corresponde a los tecnócratas, y gente como Mario Draghi está por encima del bien y del mal”, afirmó.
Además, denunció la falta de democracia en las organizaciones políticas españolas: “Tenemos una partitocracia institucionalizada y reglamentada porque en el 78 se consiguieron implementar unas reglas de juego democrático basadas en un funcionamiento muy rígido y se otorga un papel muy importante a los partidos políticos. Sin embargo, no se decía cómo debían organizarse éstos y al final queda la voluntad desplazada del pueblo”. Por ello, según su visión, el descrédito del sistema político viene porque la ciudadanía no ve que su voluntad sea ejecutada.
Por todo ello, el diputado defendió perfeccionar el sistema apostando por la democracia directa y democratizando los partidos y la economía, ya que acusa las élites financieras de poseer el auténtico poder ejecutivo. “Necesitamos unas reglas del juego nuevas, nos ha quedado muy claro a todos la lo largo de esta crisis, y a estas reglas del juego nuevas las podemos llamar proceso constituyente, que podemos empezarlo de mil formas diferentes”, finalizó.
Por su parte, Iglesias defendió, analizando diferentes revoluciones históricas, que la democracia es un movimiento expropiatorio, ya que parte de la base de que el poder está en pocas manos y ésta lo reparte entre la mayoría. Así, aseguró que actualmente no hay pueblo soberano y que “no queda nada de las bases ideológicas de la modernidad: libertad, igualdad y fraternidad”.
El profesor de la Universidad Complutense de Madrid afirmó frente al público que la democracia actual sirve, básicamente, para seleccionar entre las élites políticas existentes. “Eliges entre el partido A o el partido B cada 4 años y hemos terminado”, apuntó, añadiendo que “el concepto de democracia compartimental, asociado al empoderamiento de una clase que se vincula al poder financiero, hace que vivamos en una dictadura”.
Iglesias defendió, por otra parte, que los que a lo largo de la historia han luchado por la democracia fueron “todos aquellos que han sido invisibilizados por las narrativas oficiales”. Además, aseguró que “en los últimos tiempos se ha producido una contrarevolución, ya que el estado había sido un elemento garante de los derechos de los de abajo frente a los de arriba”, algo que se ha invertido en su opinión. “Los derechos se ganan combatiendo, la democracia tiene que ver con el empoderamiento político de los de abajo, nunca con procedimientos. ¿Es la solución a los problemas de la democracia hacer unas primarias? Claro que no”. Asimismo, afirmó que los enemigos de la democracia son lo defensores históricos de la propiedad privada, “quienes convierten derechos en privilegios”, enumerando la situación actual del derecho a la sanidad o a la educación, entre otros. Tampoco faltaron en su discurso críticas a la falta de democracia de las instituciones europeas, señalando que el sistema actual “pone a los europeos del sur en una situación casi colonial.
El presentador de La Tuerka finalizó su exposición haciendo referencia a la pasión colectiva que se ha dado en determinados momentos históricos: “No hay partido, organización disciplinada o fórmula que pueda aspirar a una visión política si no hay una movilización de las conciencias”. En su opinión, hay momentos de excepcionalidad política que provocan un desbordamiento, lo que puede dar la clave para alterar el rumbo de una sociedad. “En esos momentos de excepcionalidad hay veces que la prudencia puede ser contraproducente y en los que la audacia es la única esperanza que le queda a la gente para cambiar un guión que está escrito”, concluyó.
Fuente: disopress.com