Como catedrático de Filosofía, luchador antifranquista (perteneció al Comité Central del PCE) y escritor se caracterizó por el compromiso con la justicia y la igualdad. Su última obra, 'Ética radical' va por la cuarta edición y ha sido adoptado como una guía para los movimientos sociales y los indignados
Nacido en Bilbao en 1925, se inicia en la docencia tras obtener por oposición una plaza como profesor adjunto a la cátedra de Fundamentos de Filosofía en la Universidad de Santiago. Fue allí donde comienza su pasión por los nexos entre la Filosofía, la Ciencia y la Técnica. Ámbito en el que destacaría por su labor investigadora junto a los filósofos Miguel Sánchez-Mazas Ferlosio y José María Valverde.
En 1968, con la creación de la Universidad Autónoma de Madrid, se traslada a la capital donde fundará y dirigirá el Departamento de Filosofía hasta su jubilación en 1992. Su contribución será clave al frente del departamento, allímodernizará los estudios y actualizará la investigación filosófica en España, anclada en el pasado tras años de oscurantismo.
Con la llegada de la democracia, el filósofo será elegido Decano de la Facultad de Filosofía y Letras. De firmes convicciones sociales y políticas —perteneció al Comité Central del PCE—, París siempre se caracterizó por su búsqueda de la verdad, una búsqueda que entendió siempre inseparable de la lucha por la justicia y la igualdad. En sus numerosos artículos como columnista de Público, se puede apreciar el compromiso que siempre mantuvo para con los valores de izquierda. Su última publicación como ensayista, 'Ética radical', ha alcanzado la cuarta edición y ha sido adoptado como una guía para los movimientos sociales y los indignados.
Su inquebrantable defensa de la cultura le hizo volcarse de lleno en el desarrollo del Ateneo de Madrid como lugar principal en la difusión del Pensamiento, la Ciencia, las Artes y las Letras. Al frente de la Docta Casa, de la que era presidente desde 2009 —cargo que ya había ocupado entre 1997 y 2001—, contribuyó a su viabilidad económica en una época de estrecheces después de que Las Cortes denegaran una subvención de 300.000 euros.
Fuente: www.publico.es