Nos despedimos de un año horrible, un año donde el PP ha consumido su segundo de mandato pleno de mentiras y de escándalos.
Un año horrible para los trabajadores por la tragedia del desempleo cuyo incremento no parece tener fin. Un año horrible porque los salarios siguen a la baja sin que ello estimule a la patronal a crear empleo. Un año horrible para los desempleados que pierden toda esperanza de reencontrarse con un puesto de trabajo acorde a sus esfuerzos y necesidades.
Un año horrible para la educación pública de nuestros jóvenes con la aprobación en el parlamento del "rey" de la ley Wert que dificultará las ansias de cultura de los hijos de las clases populares mientras favorece a los hijos de los ricos a costa de los primeros. Un año horrible porque el catecismo vence a libro, la intolerancia a la cordialidad y la paz en las aulas. Un año horrible para nuestros maestros y profesores de la pública a los que se les exige esfuerzos, sin compensación y sin libertad para educar.
Un año horrible para la sanidad pública donde los gobiernos de las autonomías prosiguen la privatización de la misma, favoreciendo a empresarios que ante el fracaso del ladrillo apuestan por la sanidad como el negocio del siglo. Menos médico, menos personal, menos atención y más colas de espera.
Un año horrible para la convivencia democrática entre españoles donde las diferencias sociales aumentan a velocidad de crucero y las diferencias políticas se consolidan a través de unos parlamentos dominados por el bipartidismo de turno que burla la más genuina democracia.
Un año horrible para la mujer, para más del 50% de la población por el cruel y persistente machismo de la otra parte de la sociedad. Un año horrible donde el ministro “progre” del PP apuñala la libertad de la mujer a disponer de su cuerpo con una ley anti-aborto , la más retrograda de Europa.
Un año horrible porque sigue la justicia en paradero desconocido, ausente para la mayoría de los españoles y donde los fiscales se re-convierten en defensores de los que a sospechas fundadas de los pocos jueces que se atreven a avanzar por ese camino de la clarificación y enjuiciamiento del delito son autores de cohechos, prevaricaciones, desfalcos y abusos mil.
Un año horrible porque los sindicatos mayoritarios carecen de iniciativas para reconducir, fortalecer y animar a los trabajadores que dicen representar a las luchas necesarias ante los abusos de la patronal, del gobierno, del FMI. Y para más inri algunos sindicalistas aparecen con indicios de abusos delictivos que jamás deberían darse en el mundo de la sindicación. Un año horrible porque la clase trabajadora hace dejación de la lucha obrera pos sus derechos recortados.
Un año horrible porque la Araña Negra, la Iglesia Católica, sigue tejiendo los hilos que atrapan y ahogan las libertades laicas y progresistas tan necesarias para despegar como sociedad.
Un año horrible porque la monarquía, tocada por la corrupción y el abuso nos amenaza, con el apoyo del PP y del PSOE en perpetuarse, en menoscabo de nuestros deseos de libertad, igualdad y fraternidad.
Un año que termina en breve, pero que no permite ver una luz esperanzadora para él que dentro de unos días nace rodeado de los peores augurios, salvo que nos decidamos a ser ciudadanos libres y dueños de nuestros destinos.
Salud y República.
Salva Artacho
Fuente: salvaartacho.blogspot.com.es