La Comunidad ordena a Adif retirar 15,3 kilometros de vías, postes, catenarias del tren a la Warner y a San Martín de la Vega que estaban siendo saqueado por ladrones y que inauguró Gallardon en 2003
Era una línea muerta desde hace un año y ahora será una línea invisible. El ramal de 15,3 kilómetros de Cercanías (C-3a) entre Pinto, el Parque de la Warner y San Martín de la Vega, que quedó sin servicio en abril de 2012, está siendo desmantelado por completo tras su inauguración en abril de 2002, un mes antes de la apertura del Parque Warner, y una inversión de 85 millones de euros. Los operarios de Adif han desguazado ya todos los postes y la catenaria (la línea aérea que transmite energía eléctrica al tren), y en los próximos días quitarán todas las vías por donde circulaba el tren más ruinoso de España (sólo 190 viajeros al día y uno coste anual de tres millones de euros). También se han retirado las cubiertas del apeadero del Parque del Ocio y en los próximos días procederán a hacer lo mismo en el final de la línea, la estación de San Martín de la Vega.
Ha sido la Comunidad de Madrid la que ha ordenado a Adif el desmontaje de la infraestructura ferroviaria. El organismo dependiente de Fomento utilizará todo el material para emplearlo en otras líneas que necesitan un lavado de cara. «Las vías y la red eléctrica están en un buen estado y será aprovechadas en lugares donde ya están muy viejas», añadieron varios operarios de Adif.
La Consejería de Transportes justifica la operación debido al saqueo que sufría la línea desde hace varios meses. Los ladrones habían empezado a llevarse postes de hierro, cobre y cables. Además, las dos estaciones están totalmente desvalijadas por los cacos que se han llevado marcos, puertas, ascensores, tableros, bancos y todo lo que había de valor. En la estación del Parque del Ocio (la que está cerca de la Warner) ya se han desmontado las cubiertas y lo mismo se realizará en la estación próxima a San Martín de la Vega.
En apenas dos meses no quedará ni rastro de una línea que costó 85 millones de euros en el año 2002 y que inauguró el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón para atender a la demanda de viajeros que acudirían al Parque de la Warner. La línea era mantenida por la Comunidad de Madrid aunque la explotación corría a cargo de Renfe. Una infraestructura mastodóntica, se trataba de una vía doble electrificada, que se anunció por todo lo alto y con un gran despliegue mediático.
Era el año 2002 y la fiebre del oro parecía llegar a San Martín de la Vega. Una línea de Renfe de 85 millones de euros, una autopista en la que se invirtieron 25 millones y un parque temático (el mayor parque de ocio de Europa, rezaban los carteles) en el que seinvirtieron 390 millones de euros.
Hasta el propio Ayuntamiento de San Martín de la Vega aportó 17,7 millones para la cofinanciación de las obras de la línea a cambio de que se incluyera al municipio en la red de Cercanías.
La línea C-3a se proyectó como un enlace independiente de la C-3, con la que se conectaba en la estación de Pinto. Para no construir trenes específicos de ese ramal, se firmó un convenio con Renfe para emplear su material rodante. Es por ello que los viajeros procedentes de Atocha-Cercanías debían llegar primero a Pinto y cambiar de andén para efectuar transbordo. Con todo, el entorno de la estación de Pinto fue reformado, con una bifurcación preparada para permitir incluso trenes directos Madrid-San Martín. Por eso en temporada alta del Parque Warner se fletaron trenes 'charter' que, partiendo de Chamartín, realizaban paradas exclusivamente en Nuevos Ministerios, Sol, Atocha-Cercanías, El Casar, Pinto, Parque de Ocio y San Martín de la Vega, sin necesidad de realizar cambio de tren.
La decadencia del proyecto ferroviario fue proporcional al fracaso de las expectativas puestas en el parque de la Warner. El esperado maná no llegó y la ciudad de Piolín no consiguió el esplendor esperado. En su entorno se difuminaron los hoteles y una nueva ciudad residencial. También se llegó a pensar en prolongar la línea a otros pueblos cercanos. Pero todo quedó al garete.
Diez años después de la inauguración del tren a la Warner y debido a la baja demanda de viajeros, el Consorcio Regional de Transportes decidió su cierre definitivo. Era diciembre de 2011 y el tren sólo tenía una media de 190 viajeros diarios y su mantenimiento costaba tres millones de euros.
El proceso de desmontaje de la línea, paralela a la M-506, está siendo muy complicado debido a que hay que emplear unas máquinas especiales: una dresina y una retroexcavadora giratoria, esta última con pinza de desguazar, para la eliminación total de la catenaria.
En los próximos días los operarios procederán a desmontar las vías del tren ensambladas cada 18 metros. «Va a ser una tarea difícil pero servirán para otras líneas ya que están muy nuevas y casi sin uso».
Desde el PSOE están indignados con este desmontaje ya que aseguran que se han tirado millones de euros «a la basura». «Habrá que pedir responsabilidades a alguien por este fracaso, no estamos para tirar tanto dinero», aseguran.
Los que también están enojados son los antiguos propietarios de los terrenos expropiados para realizar esta obra que ya en su día se quejaron por el precio pagado por la Comunidad por sus terrenos.
Ahora queda por determinar qué se hará con los 15 kilómetros de vía desmantelada y con todos los puentes y pasadizos levantados para esta descomunal infraestructura.
Fuente: www.elmundo.es