El presidente del Gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, pidió hoy a los partidos políticos que le permitan encabezar un ejecutivo de amplio espectro, tras no lograr la mayoría absoluta en las elecciones del 20 de diciembre.
En una rueda de prensa en La Moncloa, sede gubernamental, Rajoy llamó al consenso para la formación de una nueva administración, lo cual implicaría el respaldo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y de la agrupación emergente Ciudadanos.
Lo más razonable es formar un ejecutivo de amplio apoyo parlamentario que pueda gobernar, que genere confianza dentro y fuera de España y proporcione estabilidad y certidumbre a los mercados y a los ciudadanos, opinó el dirigente.
El líder del Partido Popular (PP), que en los comicios logró 123 escaños -lejos de la mayoría absoluta de 176 asientos en el Congreso de Diputados-, sugirió que esa gran coalición contaría con el respaldo de más de 200 legisladores.
La suma de los escaños alcanzados por el PP (123), PSOE (90) y Ciudadanos (40) asciende a 263 parlamentarios.
Aunque quedó como segunda fuerza más votada, el PSOE es crucial para determinar si España se encamina hacia una nueva cita con las urnas o permite con su abstención o respaldo la investidura de Rajoy, pero los analistas ven improbables esas hipótesis.
Los socialistas tampoco parecen dispuestos a integrar una alianza con Podemos, agrupación emergente que consiguió 69 escaños en la Cámara baja, y con otros partidos progresistas como Izquierda Unida.
Podemos puso como condición para negociar un eventual acuerdo de gobernabilidad la celebración de un referendo de autodeterminación en Cataluña, a lo cual se oponen tanto el PP como el PSOE, las dos fuerzas tradicionales.
Precisamente, Rajoy advirtió contra una eventual alianza de los socialistas con formaciones de izquierda que, según su criterio, podrían amenazar los supuestos progresos económicos de su administración y la posición de este país en Europa.
Las elecciones del pasado día 20 dejaron a España ante un escenario inédito, con un fuerte descalabro de los dos grandes partidos que desde 1982 se alternan en el gobierno, y una división en el Congreso que podría conducir a nuevos comicios de no llegarse a acuerdos.
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Fuente: Prensa Latina