El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández sobre el tema del matrimonio y la reproducción, ha señalado que "todo hijo tiene derecho a nacer de ese abrazo amoroso, que no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio (refiriéndose a la fecundación in vitro). Precisamente porque la persona se constituye por la relación -así nos lo muestran las personas divinas-, el hijo tiene derecho a proceder de una relación de amor entre sus padres, y nunca como fruto de un aquelarre químico de laboratorio".
En consecuencia, "todo tipo de fecundación artificial (inseminación artificial y anónima, fecundación in vitro homóloga o heteróloga) rompe esa armonía de la creación por la que los hijos vienen al mundo como personas, fruto de una relación personal de amor entre los esposos".
En su carta, Demetrio Fernández ha afirmado que la familia se constituye "por la unión de los esposos, que normalmente se convierten en padres. Varón y mujer, creados en igualdad de dignidad fundamental, son distintos para ser complementarios", de forma que, "cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa".
Demetrio Fernández ha opinado que "la mujer tiene una aportación específica, da calor al hogar, acogida, ternura. El genio femenino enriquece grandemente la familia", de modo que, "cuanto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos en la casa. Esa complementariedad puede verse truncada por la falta de uno de ellos, y la familia más amplia -abuelos, tíos- puede suplirla"