El presidente ruso, Vladímir Putin, aboga por la creación de una asociación económica a gran escala entre los países de la Unión Económica Euroasiática (UEE), la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA). Los expertos consideran que se trata de una respuesta de Rusia al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, liderado por Estados Unidos.
Durante el tradicional discurso anual del presidente ruso ante la Asamblea Federal rusa, Vladímir Putin abogó por la creacion de una asociación económica entre la Unión Económica Euroasiática (UEE), la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA). El mandatario ruso señaló que, en su conjunto, estos países representan casi un tercio de la economía global por poder adquisitivo, informa TASS.
La asociación económica propuesta por Putin se perfila como una alternativa al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (Trans-Pacific Partnership, TPP, por sus siglas en inglés), un tratado comercial regional que afectará al 40% de la economía mundial, opina Serguéi Utkin, director de Centro de Análisis Situacional de la Academia de Ciencias de Rusia, citado por el portal.
Por su parte, Alekséi Máslov, profesor de la Escuela Superior de Economía, cree que el hecho de que "Rusia tome la iniciativa de la redistribución económica mundial" supone "un buen paso desde el punto de vista de su imagen".
Según el mandatario ruso, la fase inicial de la asociación entre la UEE, la OCS y la ANSA podría incluir la protección de las inversiones, el desarrollo conjunto de normas para la producción de tecnologías de última generación, la optimización de los procedimientos de circulación de mercancías a través de las fronteras y la apertura recíproca de acceso al mercado de servicios y capitales, escribe Gazeta.ru.
En cuanto al pacto secreto del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), orquestado por Estados Unidos, se ha convertido en objeto de polémica y de protestas debido al secretismo que lo envuelve desde su concepción. Los detractores del acuerdo no creen que se trate de un "comercio justo", sino de la consolidación del poder y de una amenaza para la economía global.