Va a empezar la campaña electoral y, si siguen los medios de comunicación, se habrán dado cuenta de que parece que llevamos ya tres meses de campaña.
Y es que los distintos medios, televisiones, radios, diarios y revistas ya han celebrado entrevistas y debates entre políticos. Y queda claro que los medios no son neutrales y que, de acuerdo a sus intereses, invitan a unos u otros, buscando audiencia, espectacularidad, y de paso favorecer a alguno de los candidatos.
En el caso de las entrevistas, los medios privados tienen la libertad de elegir a los candidatos que crean oportunos. No así debería ocurrir en los medios públicos, o sea en las radios y televisiones que son de todos. Y sin embargo también sucede lo mismo.
Entre los candidatos predomina sobre todo el beneficio personal y de su partido, y todos –salvo Rajoy que tiene alergia y sabe que para él, participar puede ser perder— quieren ser invitados y que no inviten a los que puedan hacerles daño.
Así, Rajoy, como mucho, quiere debatir con Pedro Sánchez. Y éste tan contento, puesto que eso le califica como el rival que le puede batir. En el caso de Ciudadanos, crecido e inflado de ego, Albert Rivera, ha pedido un debate a tres, por aquello de que se cree el partido llave del parlamento que se avecina, y por lo tanto tiene tanta importancia como el que gane. En el caso de Pablo Iglesias, lo primero que hizo al día siguiente de negarse a presentarse a las elecciones junto a Alberto Garzón, es pedir un debate a cuatro, ignorando absolutamente al político de Izquierda Unida, que es el único que le puede hacer críticas desde la izquierda.
Y los medios de comunicación que quieren espectáculos sólo prefieren a los grandes, PP y PSOE, y como mucho a C’s y Podemos, olvidándose de que en el ámbito estatal existen también otras fuerzas (Izquierda Unida y UPyD) que tienen diputados.
Así, parece que en televisión hay dos debates ya programados. Uno que se dará en Antena3 con PP, PSOE, C’s y Podemos. De nuevo se olvida a las otras fuerzas, a pesar de ser fuerzas que tienen representación en el actual parlamento, algo que no ocurre ni en C’s ni en Podemos. Por cierto, en contra de una instrucción que dio la Junta Electoral Central en 2011, que dice que lospartidos sin representación parlamentaria "no podrán recibir una cobertura informativa mayor" que los partidos que sí la tienen. Algo que sin pudor se salta Atremedia. Izquierda Unida va a recurrir a la Junta Electoral pero ya veremos como todo está atado y bien atado, incluso en contra de las normas que rigen.
Para mayor inri, en el debate de Antena3 irán todos los candidatos salvo Rajoy que ha declinado y envía a su número dos por Madrid, Soraya Sáenz de Santamaría. Y los otros tres candidatos tragan. Es tremendo el afán que tienen, son capaces de ir a debatir con quien sea, en vez de negarse, porque lo lógico y razonables es que Rajoy estuviera presente, puesto que se trata de un debate para futuro presidente del gobierno y, que sepamos, la vicepresidenta no lo es.
La razón que han dado desde el PP es la apretada agenda del presidente. Sin embargo Rajoy ha decidido ir a otros programas, eso sí sólo, y a hablar de deportes, de cotilleos, de cuestiones personales y sin que nadie le pueda rebatir nada de lo que diga. Así se encuentra bien, lo grave es cuando le hacen preguntas difíciles, cuando le ponen contra la espada y la pared, cuando le hacen despertar de su sueño interesado. Eso no quiere consentirlo, prefiere seguir soñando.
El día 14 se celebrará el debate de RTVE. Y en él, las condiciones las ha puesto el PP, que como se sabe es el dueño de la tele que pagamos todos. De lo que conocemos se sabe que sólo debatirá con quien considera su rival, Pedro Sánchez, habiendo evitado enfrentarse a los demás candidatos. Una prueba más de lo que le gustan los debates a Rajoy y la cobardía y miedo que demuestra. Era otra posibilidad para que Pedro Sánchez se hubiera negado, él que dice que quiere debatir con todos, podría haber dicho que sólo debatía si estaban los demás candidatos. sin embargo, ahí está contento y orgulloso, es la alternativa al PP.
En fin, debates mancos donde faltan miembros importantes, como es el caso de Garzón, el gran perjudicado, y debates minusvalorados, donde el presidente del gobierno desprecia a los demás líderes y les manda a un suplente, o se presenta sólo a uno y elige contrincante. ¡Una maravilla de democracia! Nada que ver con los países de nuestro entorno. Así se las ponían a Fernando VII.
Salud y República
Rafa García Almazán