Por todos es sabida la predisposición de los borbones a la infidelidad, con independencia de si se es reina o rey. Puede que tan solo Carlos III se libre de esa tendencia tan borbónica. Aunque por el hecho de ser mujer, a Isabel II se le atribuyen como defectos lo que en los reyes se disculpa.
¿Quién fue el verdadero padre de Alfonso XII? Dadas las condiciones femeniles de su padre oficial, Francisco de Asís, de su paternidad apenas podía certificarse la línea materna de Isabel II. Cuantos han escrito sobre ello se basan en los rumores expandidos acerca de que Alfonso era hijo del oficial de ingenieros Enrique Puigmoltó y Mayans. En este libro se desmonta ese mito que en su momento permitió a Isabel II ocultar la identidad del auténtico progenitor, como desvela la existencia de una carta de Alfonso XII dirigida a sus hermanos, los hijos del oficial de artillería Federico Puig Romero, que es asesinado el 22 de junio de 1866, cuando el príncipe Alfonso tenía ocho años y se produce la sublevación del cuartel de San Gil de Madrid, donde era coronel Federico. Isabel II hace concesiones extraordinarias a la viuda y huérfanos, premiando con grandeza de España de primera clase a uno de los principales encubridores del asesinato, realizado por unos sicarios. La necesidad de ocultar estos hechos llega hasta la época de la dictadura franquista, como lo demuestra que en la falsificación de las circunstancias del asesinato toma parte incluso quien fuera preceptor del ex monarca Juan Carlos de Borbón.
La trágica historia de la madre de Federico, Gertrudis Romero, viuda de Vicente Puig, embarazada y nombrada azafata de la reina por orden de Fernando VII, guarda extraordinarias similitudes con la historia bíblica de Betsabé (libro II de los Reyes), víctima de su belleza ante el rey David, que se encapricha de ella y la deja embarazada, mandando carta al jefe militar de su marido, Urías, para que se asegure de que este muera en combate junto con otros que disimulen la orden del rey, indicándose por correo una versión falsa de su muerte. Tras el luto, David la hace venir al palacio tomándola por esposa.
Probablemente en esta historia se basó Alejandro Dumas para su obra adaptada en versión cinematográfica El hombre de la máscara de hierro, en la que el rey Luis XIV (interpretado por Leonardo DiCaprio) se libra de Raúl, prometido de Cristine, de modo similar a como sucedió con Urías, quedando Cristine a su merced y siendo nombrada dama de la reina. Dumas pinta una escena más romántica que la de la biblia, omitiendo lo escabroso que entonces pudiera resultar que los protagonistas estén casados y el rey cometa adulterio, quedando ella embarazada y surgiendo entonces la idea de matar al marido. Pero esto que obvia Dumas es precisamente lo reconstruido para Gertrudis Romero y Vicente Puig, que tan solo difiere del relato bíblico en la forma en que muere Vicente Puig, tan oscura que se recurre a falsificar su defunción.
Podría pensarse también que Dumas pudo inspirarse en la historia de Gertrudis Romero, que perviviría en la comidilla de la corte de Isabel II cuando el famoso escritor estuvo en España y asistió a la boda de la reina con su primo Francisco de Asís en 1846. El parecido de la historia de Gertrudis con las de Betsabé y Cristine no es tan extraordinario si se tiene en cuenta el nexo común de la voluntad suprema del rey que puede disponer de personas a su antojo sin importar despojarlas de su dignidad e incluso de su vida. El sacrificio de Gertrudis, con hijos dependientes a su cargo y sin otra opción que acatar al absoluto, dura nueve años, hasta que es caída en desgracia ante Fernando VII, quien tras negarle todo auxilio, se digna costear su entierro mediante oficio funeral secreto, quedando muy difíciles de explicar las circunstancias de esta muerte, sumida entre falsedades e incongruencias.
Como podemos ver, la realidad supera la ficción.¿Existió una relación entre la ocultación de la paternidad de Alfonso XII y la del asesinato de Federico Puig Romero? Partiendo de una tradición oral, la autora realiza una exhaustiva investigación que le permite descubrir un tremebundo pasado de la familia de Federico bajo el yugo de Fernando VII desde 1815, cuando queda embarazada la madre de Federico, apartada de su marido, del que se falsifica su defunción, quedando el camino libre a Fernando VII para llevarla a palacio hasta 1824, cuando ejerce el mayor despotismo sobre esta familia, muriendo ella en circunstancias encubiertas por eclesiásticos con oficio funeral secreto pagado por Fernando VII.
Para Isabel II era imprescindible ocultar al Santo Padre, padrino de su hijo Alfonso, la existencia de hermanos comunes con el progenitor de su hijo. A esto se unía el peligro de que saliera a la luz una información muy grave para la dinastía Borbón que hizo cambiar la actitud de Fernando VII hacia los huérfanos Puig Romero, pasando del más absoluto despotismo a todo tipo de concesiones, recurriéndose a falsificaciones y bolsillo secreto del rey.
La trascendencia de este pasado oculto y su perjuicio para la dinastía Borbón sirvió como instrumento para que en 1873 surgiera la primera república en España, mediante el conflicto artillero iniciado en 1872 rememorándose los asesinatos de Federico y otros oficiales de artillería testigos de la época de la cortina de humo en torno a Puigmoltó. La dimisión de todo el cuerpo de artillería provoca la del rey Amadeo de Saboya y el nacimiento de la primera república, fugaz pero con el peso suficiente para sentar las bases de la segunda en 1931, cuando el pueblo decide legítimamente que no quiere más reyes y Alfonso XIII se ve obligadoa salir de España. Los intereses de la corona dependientes de secretos tan bien guardados eran irrelevantes cuando la monarquía se deshacía por sí misma, sin necesidad de ayuda.
Reflexión de la autora:
Inicié la investigación intentando dar respuesta al interrogante acerca de si el asesinato de Federico Puig Romero tenía relación con que fuera el auténtico e ignorado padre de Alfonso XII y hallé mucho más de lo que imaginaba. Creo que es de justicia dejar hablar por fin a aquellos que en su momento fueron silenciados, así como dar a conocer una historia que considero de interés general: el hecho de que la primera república fuera una consecuencia política derivada del asesinato de Federico Puig Romero. Tanta gente encubriendo este asesinato de un desconocido a lo largo de generaciones debe motivarse por algo de peso que afecta a quienes forman parte de esa continuidad de que tanto alarde hace la monarquía: la dinastía Borbón que protegió Franco e impuso tras su muerte a pesar de que tantos años atrás España fuera una república con la monarquía en el exilio.
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