Parece mentira que, cuarenta años después de la muerte del dictador Francisco Franco, la cultura democrática no haya enterrado –cuando no prohibido legalmente, como acontece en Alemania o Italia con Hitler y Mussolini– la exaltación de una persona y de su obra antidemocrática y autoritaria, el elogio de un militar –un caudillo, según sus seguidores- que traicionó todos sus solemnes juramentos, empezando por la bandera legal de la República, y que dio un golpe de Estado con el que impuso un sangriento régimen dictatorial.
Pero ahí estamos, otra vez, asistiendo a la vergüenza de ver cómo se autoriza la celebración de actos que reclaman la desaparición de la democracia alabando a quien no tuvo otro fin que destruirla. Y permitiendo al fascismo redivivo la desvergonzada utilización de la memoria histórica que la derecha niega a la izquierda, acusándola patéticamente de “rencorosa” por pretender sacar a la luz los sacrificios –e incluso los huesos enterrados en las cunetas- de quienes dieron su vida defendiendo la democracia durante la guerra civil y luchando contra la dictadura mientras Franco gobernó.
Resulta bochornoso que, como acontece anualmente cada vez que se conmemora la muerte del dictador Francisco Franco, los demócratas se vean obligados a responder adecuadamente a fastos que deberían estar prohibidos, aunque sólo fuera pensando en la educación democrática de las futuras generaciones españolas. Pero ahí andamos todavía.
De ahí que el pasado 18 de noviembre, la Federación de Asociaciones de la Memoria lanzase una campaña contra la cadena de Hoteles Meliá exigiéndole que cancele el acto homenaje que la Fundación Nacional Francisco Franco quiere, según ha publicado en su web, hacerle al dictador en el Hotel Meliá Castilla de Madrid el 3 de diciembre bajo el título “40 años después, Franco vive”. Este martes 24 ya habían firmado en contra de la celebración cerca de 58.000 personas, pero el objetivo es conseguir que, antes de ese día 3, se recojan al menos 75.000 firmas, para lo que la Federación, a través de todo tipo de redes mediáticas, anda reclamando que, con urgencia, se extienda la iniciativa para que, como señalan en su declaración de intenciones, no se lleve a cabo.
Los convocantes lo tienen claro. “Desde el Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid –que suscribe la Federación española en su conjunto- consideramos que semejante acto de exaltación del franquismo no debe quedar sin una respuesta ciudadana democrática contundente”. En el texto explicativo, se añade que, “un año más, la Fundación Nacional Francisco Franco anuncia en su web un acto homenaje al dictador en el mes de diciembre y, este año, el evento se celebrará en el Hotel Meliá Castilla de Madrid, el 3 de diciembre, a menos que lo evitemos”.
“Franco –reseñan- fue responsable del golpe de estado que terminó con el gobierno democrático de la Segunda República y condenó al pueblo español a 40 años de dictadura”. “En ese tiempo, -continúan afirmando- Franco impuso un régimen de terror y fue responsable de crímenes de lesa humanidad; entre ellos, la tortura, asesinato y `desaparición´ de miles de personas aún enterradas en las cunetas todo el territorio español”. Es por eso por lo que piden a los responsables del Hotel Meliá Castilla y de la cadena de Hoteles Meliá que, “por respeto a todas las víctimas del franquismo, cancele el homenaje a Franco en sus instalaciones”.
RAIMUNDO CASTRO