De acuerdo con la visión más extendida, Franco siempre mantuvo una buena relación con Hitler. Pero el blog 'Cuaderno de Historias'derrumba definitivamente esta teoría.
Las tensiones entre los dos llegaron a ser tormentosas después del histórico encuentro en la estación de tren de la localidad francesa de Hendaya, en frontera con España, en octubre de 1940, insiste el blog citado por el diario español 'ABC'. En la reunión, Hitler exigió una participación activa de Madrid en la Segunda Guerra Mundial. Franco se limitó con prometer el envío de una unidad de voluntarios, la División Azul, y apoyar la invasión de Gibraltar.
La falta de un compromiso firme llevó al líder nazi a idear un plan para desalojar del poder al dictador español. Para septiembre de 1941 el plan ya había tomado una forma más clara. El Führer se reunió en el cuartel general de Rastenburg conAgustín Muñoz Grandes,comandante de la División Azul. Según subraya el blog, durante esta entrevista le propuso claramente al militar español colocarlo al frente de un complot antifranquista. Muñoz saludó la idea. Las causas que motivaron a Hitler a preparar esta operación iban desde su convicción de que la implicación española en la guerra debía ser mayor hasta sus malas relaciones con varios políticos madrileños, como, por ejemplo, el ministro de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Súñer.
Pero el militar no compartía el deseo de Hitler de derrocar a Franco del poder. Desde su punto de vista, era mucho más oportuno que el carismático dictador español se convirtiera en un jefe de Estado de paja, mientras él mismo se situaba como presidente del Gobierno y actuaba en este puesto como el hombre de confianza del Führer.
Sin embargo, Franco resultó ser más eficaz en las maniobras diplomáticas que Hitler. Al conocerse los rumores sobre el supuesto complot, el exjefe del Estado español hizo a Muñoz que volviera a Madrid, lo ascendió al rango de teniente general y lo designó jefe de su Casa Militar, lo que lo dejaba sin mando sobre tropas. Pero Franco fue más allá: le prometió también la cartera de un Ministerio importante en un futuro próximo. Con el tiempo, Muñoz llegaría a ocupar los cargos de ministro del Ejército y, posteriormente, de vicepresidente del Gobierno. En cuanto al plan secreto de Hitler, el tema no volvería a plantearse por falta de un candidato fiable.
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