La imagen se convirtió en símbolo de la tragedia de los refugiados sirios que intentan llegar a Europa. El padre relató el dramático naufragio en el que perdió a su mujer y sus dos hijos.
"Quiero que el mundo entero nos escuche desde Turquía, donde hemos llegado escapando de la guerra", dijo Abdullah Kurdi, el padre del niño Aylan Kurdi, a periodistas turcos delante del Instituto Forense de la ciudad de Mugla, en el suroeste de Turquía, donde están los cuerpos de sus seres queridos.
"Tengo un gran sufrimiento. Hago esta declaración para evitar que otras personas tengan el mismo sufrimiento", agregó.
La agencia de noticias turca Dogan, que sacó la foto que dio la vuelta al mundo, informó que la policía detuvo hoy a cuatro individuos presuntamente implicados en la tragedia del niño kurdo-sirio de tres años, que murió ayer ahogado junto a su hermano de cinco años y su madre cuando intentaban llegar a Grecia desde Turquía.
La foto del cuerpo del pequeño conmocionó al mundo, se propagó como un rayo por las redes sociales y hoy fue la tapa de cientos de diarios de todo el globo.
También desató una furiosa reacción del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien responsabilizó a los 28 países de la UE de "cada una y todas las muertes" de refugiados que ponen sus vidas en manos de traficantes de personas y se aventuran a cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa.
"Los países europeos, que han transformado el Meditarráneo, cuna de civilizaciones antiguas, en un cementerio de migrantes, comparten la responsabilidad de cada refugiado muerto", dijo Erdogan en un encendido discurso.
En declaraciones publicadas hoy por un diario turco, Abdullah Kurdi dijo que quiere llevar los cuerpos sin vida de sus hijos y su esposa a la ciudad siria de Kobani.
En esa ciudad de mayoría siria del norte de Siria, murieron 16 miembros de la familia que combatían al grupo yihadista Estado Islámico (EI), contó Kurdi al diario Sol.
Ahora su deseo es enterrar junto a ellos los cuerpos de sus hijos y de su esposa, que murieron en el naufragio de la barca en que viajaban en busca de alcanzar la isla griega de Kos, en el mar Egeo, desde una playa cercana al balneario turco de Bodrum.
"Después de alejarnos unos 500 metros de la costa, en el bote empezó a entrar agua y se nos mojaron los pies. A medida que aumentaba el agua, cundía el pánico. Algunos se pusieron de pie y el bote volcó. Yo sostenía a mi mujer de la mano", recordó.
"Las manos de mis dos niños se escaparon de las mías, intentamos quedarnos en el bote, pero el aire disminuía. Todo el mundo gritaba en la oscuridad. Yo no lograba que mi esposa y mis hijos oyeran mi voz", añadió.
Kurdi relató cómo, fijando la mirada en las luces, consiguió nadar hasta la costa.
"Cuando alcancé la costa comencé a buscar a mi esposa y a los niños. Pensé que se habían asustado y escaparon. Llegué a Bodrum y no pude encontrarlos en nuestro punto de encuentro. Luego fui al hospital y me enteré de las tristes noticias", explicó.