Comunicado de Al Servicio de la República, 10 de agosto de 2015
Quienes no defienden a la República no nos representan #unidadpopular
Podemos reniega de la izquierda, de la República, de cuanto considera cosa de «perdedores», todo lo cifra en su discurso de nuevo cuño, ciudadanista, eludiendo los elementos que pudieran dividir el electoral potencial que quieren conseguir. Desprecian IU no por defender mal los valores de la izquierda, sino por pretender encarnarlos. Han querido competir con PSOE y hasta con el PP por los electores situados en posiciones centrales. Han cabalgado el enorme deseo de cambio y enfocado en su favor el hartazgo de muchas personas que se sentían defraudadas por las miserias del sistema político español de la Transición; al pretender situarse más allá de la derecha o de la izquierda, buscando no encasillarse según ellos, están acabando por enajenarse a derechas e izquierdas.
La derecha les desprecia y teme, sobre todo los que no les conocen y se dejan llevar por prejuicios.
La izquierda también les desprecia, porque comprueba con sorpresa la acumulación que realizan de descalificaciones diariamente, el cinismo y la negación de principios y valores irrenunciables no ya políticamente, sino humanamente que definen a cuantos han luchado por un mundo mejor en los últimos doscientos años y que ellos, miserablemente, califican de «perdedores».
Para «ganar» y cambiar las cosas se precisa en España derrotar claramente al PSOE, la Vª Columna del sistema entre la población, y para ello es preciso desenmascarar a este partido como falsa izquierda. Es muy fácil estar a la izquierda del PSOE, pero han renunciado a ello, pues temen a las palabras. Pero estar a la derecha del PSOE es casi imposible, el PSOE es un partido completamente sistemático y no tiene limite en la derechización a la que puede llegar. Podemos ha fracasado a la hora de batir al PSOE, no lo ha combatido ni destruido, único camino para lograr formar un bloque electoral de cambio con opciones de victoria.
El PSOE es parte del problema, vencer significa no sólo vencer al PP, sino al PSOE y a cuanto significa, vaciando su electorado, logrando crear un centro de gravedad que atrajese a la izquierda y a las fracciones democráticas del electorado que perdería el PSOE si éste cayese abiertamente satelizado por el PP. Una posición fuerte, de izquierda, que empujase el PSOE al PP, «pasokizaría» al PSOE. No lo han hecho, imposible renunciando a ser izquierda e intentando ser más centrista que el PSOE. El resultado ha sido el contrario. Podemos ha relanzado al PSOE, lo ha convertido en pieza clave de la aritmética parlamentaria para desalojar al PP.
IU por su parte se encuentra confusa y desbordada, habiendo renunciado a luchar por la República y a plantar cara a este régimen, se ha entregado ideológicamente al ciudadanismo, y a lo que llaman la herencia del 15M; su disputa con Podemos se refiere sobre todo al destino del aparato de partido y a intentar salvar los muebles orgánicos, pero cada día que pasa, su propuesta de Unidad Popular se humilla de continuo ante un Podemos que no se corta en mostrar su desprecio y exigir rendición sin condiciones. La propuesta de unidad popular que propone Garzón no es un Frente Popular, no incluye propuesta estratégica alguna que una lucha republicana y contra la impunidad franquista que son la clave para recomponer todo el espacio de la izquierda en España. Han renunciado a ello.
La solución pasa por reconstruir el espacio de izquierda, en todos los frentes, social, ciudadano, político. La lucha por la Unidad debe basarse en principios claros, estos inspirar unos objetivos y a partir de la situación real, la lucha debe adoptar una estrategia política, electoral y parlamentaria a su servicio. La mejor prueba de que la propuesta de Garzón y su Ahora en Común es un fraude más, es que su estrategia de unidad prescinde completamente de la República y de la línea de acción que exigiría. Pero en realidad, esta línea de Garzón y los aparatos de IU PCE a los que representa —y por quienes fue cooptado en su día— choca con el sentir de la casi totalidad de su base militante y, desde luego, de buena parte del electorado. La gran mayoría de la gente que rechaza el cinismo podemita es republicana, consideran que la lucha por la República es un objetivo legítimo. Para mucha gente no existe la contradicción república-unidad que Garzón denuncia, es más, no se creen que la propuesta de unidad popular esté ocultando y despreciando el combate republicano. Garzón es completamente incapaz de tener un debate público sobre este tema y actúa con el mismo desprecio y suficiencia que los dirigentes de Podemos.
Es por todo ello que los republicanos tenemos la obligación de decir bien claro que quienes desprecian a la República y no la consideran, sencillamente no nos representan. Tenemos la obligación de confluir quienes consideramos que la República es parte de la solución y que la estrategia de unidad debe incluir un plan de acción republicano.
Estamos dando los pasos para coordinarnos. Nadie sobra.
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Comunicado de Al Servicio de la República, 10 de agosto de 2015
