Manuel Azaña, nació en Alcalá de Henares el 10 de enero de 1880, en una época de inestabilidad para España ya que sobre esas fechas España perdería las últimas colonias de un imperio ya casi disuelto.
Azaña no fue solo un gran orador y escritor, sino que en la actualidad se le considera uno de los políticos más influyentes del Siglo XX en España. Como escritor, y en cuanto al tiempo literario al que perteneció podríamos encajarle en el Novecentismo, junto a Ortega y Gasset o Gregorio Marañón.
Este Novecentismo, está marcado por el abandono de ese pesimismo típico de la Generación del 98 y la vuelta a ese optimismo, sin dejar a un lado la crítica social, con obras importantes como La deshumanización del arte, La España invertebrada o La rebelión de las masas (estas son obras de Ortega y Gasset pero son las que mejor nos ilustran el género), ya que hay que decir que la Segunda República vino de la mano de los intelectuales.
En el campo personal, Azaña estudio Derecho y se formo como intelectual. En 1900 ingresó en el Ateneo y en 1913 pasaría a formar parte de la junta directiva de este. Pocos años más tarde, asumiría mayores responsabilidades como Presidente del Ateneo, en este tiempo remodeló la biblioteca e intento mejorar la situación económica del Ateneo.
En 1929 se casó con María Dolores de Rivas, hermana de un gran amigo suyo, esta tenía una edad mucho menor que la de Azaña, lo que algunos calificaron como un matrimonio con intereses, aunque no era así, ellos sentimentalmente estaban muy unidos
Como político, logró un gran protagonismo tras la llegada de la Segunda República; Azaña se encargo del Ministerio de Guerra, ya que había realizado una tesis sobre la necesidad de España por modernizar su ejército y hacerlo más competitivo frente a las demás potencias europeas; mas tarde fue presidente de gobierno en lo que se llamaría hoy gobierno progresista, este fue formado por una coalición de partidos de izquierda en el que se incluía el partido de Azaña.
En este gobierno, se llevaron medidas para intentar modernizar el país, tales como una reforma agraria que venía a arrebatar el poder a los grandes terratenientes, una reforma en el ejercito que tenía como objetivo crear un ejército de mentalidad republicana, jubilando a gran cantidad de oficiales; al igual que la creación de la guardia de Asalto, una institución similar a la Guardia Civil, la cual tenía carácter republicano. También se llevo a cabo una reforma laboral a cargo de Largo Caballero, en ese momento Ministro de trabajo, que venía a dar más poder a los sindicatos y a los trabajadores.
Pese a todas estas reformas, el gobierno perdió las elecciones y comenzó el Bienio Negro en el cual gobernaron Lerroux y Gil Robles (este gobierno se basó en la retirada de la mayoría de las reformas llevadas a cabo por el gobierno de Azaña).
En 1936 Azaña pasó a ser Presidente de la República tras la destitución de Niceto Alcalá-Zamora, tras disolver dos veces las cortes sin dar explicaciones. Azaña frente a la falta de apoyos designó a Casares Quiroga como presidente del gobierno, hay que resaltar que este pertenecía a su partido; esta decisión fue tomada porque el socialista Indalecio Prieto no aceptó la oferta de Azaña para ser Presidente de Gobierno, por presiones del ala más radical del PSOE a la que pertenecía Largo Caballero.
Durante la guerra civil fue Prresidente de la República y tras la finalización de la guerra y la victoria franquista, huyó a Francia donde al poco tiempo falleció el 3 de noviembre de 1940 a la edad de 60 años en la ciudad de Montauban.
Azaña, fue uno de esos políticos que chocó con la realidad de España, un político con unos principios claros. Una persona a la que muchos odiaban pero todos respetaban.
Javier Pérez Cobo