Después de las últimas elecciones municipales y autonómicas el Partido Popular ha visto como a pesar de ser el partido más votado en algunas poblaciones y comunidades no ha conseguido acceder al poder, los pactos entre otras formaciones se lo han impedido y no están dispuestos a que en las generales suceda algo parecido. Teniendo como tienen en sus manos la concentración del voto de la derecha y ante la dispersión de siglas en la izquierda, una ley electoral que permitiera gobernar a la lista más votada les favorece y mucho y por tanto están decididos a reformar la Ley en este sentido.
La propuesta del Partido Popular pasa por que gobierne la lista que obtenga el 35% de los votos, al concederle una prima de escaños de la mitad de los conseguidos más uno, si ningún partido obtiene ese 35%, se realizaría una segunda vuelta con las formaciones que hayan logrado más del 10-12% de los votos. En la segunda vuelta, la fuerza llamada a gobernar debería obtener un 40% o más; si ninguna lo hiciera, se pasaría ya al sistema de pactos actual. Esta reforma de la Ley a simple vista se antoja antidemocrática ya que impide de forma clara la posibilidad de gobernar a las mayorías mediante acuerdos o pactos avalados por el 65% de los votos, además de proponer un reparto de escaños calificable al menos de extravagante.
El Comité de Dirección Nacional del PP ha anunciado hoy que este mismo mes de julio llevará la reforma al Congreso para que pueda ser aprobada antes de las próximas elecciones generales, manifestando que la reforma saldrá adelante si o si gracias a su mayoría absoluta y piense lo que piense el PSOE, ya que sus votos no le son necesarios. Así las cosas la estrategia de pactos postelectorales similares a los que acabamos de ver entre las divididas fuerzas de la izquierda queda totalmente anulada.
Si la reforma finalmente se aprueba y tenemos en cuenta las encuestas actuales, en las que se da al PP un 24,5 % de los votos, Rajoy necesita recuperar cerca de 10 puntos de los perdidos desde 2011, año en el que obtuvo el 44,6% de los votos, para que la reforma le garantice seguir gobernando sin necesidad de una segunda vuelta.
La estrategia del PP para conseguir los votos necesarios está clara. Ya han puesto en marcha una rebaja del IRPF y anuncian más medidas, de corte electoralista si , pero que se publicarán en el BOE, al mismo tiempo que la adecuada manipulación de los datos macro a la que nos tienen acostumbrados alcanzará momentos de autentico esplendor. Por otro lado la eterna campaña de acoso y derribo contra Podemos y de paso contra el PSOE, por haber apoyado a las formaciones relacionadas con Podemos en las municipales y autonómicas, es cada día más incisiva y se ve hoy favorecida y potenciada por la humillante derrota de Syriza a manos de los poderes financieros que comanda Alemania con mano más que firme, férrea.
Por si lo anterior no fuera suficiente, el PP cuenta también con la inestimable ayuda de la izquierda a causa de una fragmentación de fuerzas que ya se antoja grotesca a la par que irresponsable. Una fragmentación que, una vez aprobada la reforma de la ley electoral que está impulsando el PP, dejará a las formaciones de izquierda sin ninguna posibilidad de gobernar ni tan siquiera en coalición. Por otro lado es muy difícil que el PSOE, al que actualmente se le supone un 23% de los votos, supere el resultado obtenido en 2011 (23%) y tendrá que resignarse a seguir en la oposición al menos cuatro años más.
Observando la situación actual y dando por sentado que el Congreso aprobará la reforma de la Ley, a la izquierda no le queda más solución que unirse y no parece que sus "lideres" estén dispuestos a dar vida a un frente de izquierdas con claras posibilidades de superar el 35% de los votos sin contar con el PSOE. Una unión de fuerzas que muy a mi pesar se me antoja imposible. Si la reforma de la Ley se aprueba, que se aprobará, la desaparición de bipartidismo habrá sido un espejismo, volverán a ser el PP y el PSOE las únicas formaciones con posibilidad de gobernar y la República quedará aún más lejos.
Benito Sacaluga
Fuente: Bailando con Ratas