Alejandro Lerroux es un personaje fundamental en la historia española de la primera mitad del siglo XX, al liderar a uno de los partidos republicanos más importantes. En este breve trabajo daremos algunas claves sobre una personalidad harto polémica desde el principio hasta su salida de la política.
Lerroux nació en La Rambla (Córdoba) en 1864 en el seno de una familia pobre. Su infancia y juventud no fueron fáciles. Su proyección pública comenzó en el periodismo en publicaciones como “El País” y “El Progreso”. Muy pronto se hizo conocido gracias a sus artículos con un lenguaje claramente demagógico y por iniciar diversas campañas. Pero su vida dio un giro evidente cuando se trasladó a Barcelona en 1899. En la capital catalana se presentó defendiendo el republicanismo y atacando la fuerte represión que se ejercía sobre el movimiento obrero. Se significó en la protesta contra los procesos de Montjuïc.
Esta campaña le permitió adquirir una enorme popularidad entre los sectores humildes y obreros de Barcelona. Lerroux se presentó como un político contrario a los patronos, el Estado y la represión. Era el comienzo del camino que le llevó a ser proclamado el “emperador del Paralelo”. En 1901 obtuvo un acta de diputado.
Lerroux siguió una línea ascendente de populismo y demagogia con un mensaje donde se mezclaban elementos revolucionarios con otros anticlericales de elevado tono, como quedó de manifiesto en su famoso discurso de 1906 en el que animaba a los “jóvenes bárbaros” a entrar a saco en la civilización decadente, a destruir los templos y elevar a la categoría de madres a las novicias, además de prender hogueras en los registros de la propiedad.
Otro de los componentes del discurso de Lerroux fue su encendido anticatalanismo. Esta vertiente de su ideología le granjeó ventajas fuera de Cataluña porque pudo presentarse como un valladar ante los avances y reivindicaciones de los nacionalistas catalanes.
En 1908 fundó el Partido Radical, pretendiendo que se extendiera por toda España. Al año siguiente, durante la Semana Trágica, Lerroux se encontraba fuera de España y no mostró ninguna actitud favorable hacia lo que estaba ocurriendo, solamente pasividad. Este hecho fue el comienzo de la pérdida progresiva de su éxito entre los obreros en Barcelona, más proclives hacia el anarcosindicalismo. Fue el momento para dirigir su mirada hacia Madrid, moderando de forma evidente su discurso. El Partido Radical comenzó, por tanto, a establecerse y expandirse por el resto de España con cierto éxito en Madrid, Aragón y Valencia.
En el año 1917 formó parte de la Asamblea de Parlamentarios y se mantuvo al margen de la Dictadura de Primo de Rivera. En 1926 participó en la Alianza Republicana y en 1930 formó parte del Comité Revolucionario. Al llegar la República perteneció al gobierno provisional. Lerroux fue ministro de Estado (Asuntos Exteriores) pero no duró mucho en esta responsabilidad porque decidió abandonar el gobierno contrario a la presencia de ministros socialistas. La tendencia hacia el conservadurismo de Lerroux y del Partido Radical se iba acentuando frente al progresismo del gobierno y de la primera etapa de la República.
Tras las elecciones de 1933 alcanzó la jefatura del gobierno en varias ocasiones siempre en gobiernos de centro-derecha. El año 1935 fue uno de los peores de su carrera política, ya que la corrupción le afectó personalmente y también a su partido con el famoso caso del Estraperlo. En las elecciones de febrero de 1936 no obtuvo acta de diputado y abandonó la política. Cuando comenzó la guerra civil se trasladó a Portugal, aunque apoyó al bando franquista. Regresó a España en 1947. Falleció en 1949.
Eduardo Montagut
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