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El republicanismo, una marca de identidad ideológica, laica y progresista

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¿Qué ideología tienen las fuerzas políticas de izquierdas?¿ ¿Alguien puede definir exactamente qué ideología tienen socialistas, comunistas y otras formaciones políticas? La derecha, sin embargo, tiene muy claro cuál es su ideología: la doctrina cristiana, los llamados valores cristianos. Los mismos, en cuyo nombre, la Iglesia católica, o el Islam, no juraron la Declaración Universal de Derechos Humanos e individuales. Rechazo que siguen manteniendo, tanto en su concepción del origen del poder como de la libertad, en todas las encíclicas papales.

Las izquierdas tradicionales renunciaron a sus orígenes ideológicos republicanos para mostrar un rostro amable a la derecha y coexistir con ella en un modelo de democracia, en el que la propiedad privada se impone sobre el bienestar social. Al populismo emergente le está ocurriendo algo parecido. Se diluye en un programa reformista, sin carga ideológica. Y sin ideología nunca podrán plantear la lucha por la hegemonía moral, cultural e ideológica.





Mientras tanto, lentamente, la derecha reaccionaria clerical no abandona la batalla ideológica. Utilizando la legalidad parlamentaria, va transformando la democracia en un simple mecanismo electoralista, privado de derechos individuales. Hasta transformar la democracia en una dictadura legal parlamentaria. Imponiendo su doctrina y valores. Contra el derecho de las mujeres a disponer de su propio cuerpo, por ejemplo, o contra la libertad de conciencia, la libertad moral, la libertad de movimientos, la libertad de imprenta…y contra todas las libertades. Libertades que son los únicos referentes ideológicos progresistas que existen.

La ideología republicana es mucho más que una forma democrática de gobierno. Las monarquías pueden organizarse en formas democráticas de gobierno. ¿Cuál es la diferencia, entonces? Que las formas monárquicas, por democráticas que sean, nunca garantizan la libertad. Históricamente, en alianza con las religiones, se opusieron a las libertades y a la democracia y cuando se derrumbaban o bien era por vía revolucionaria, sustituidas por repúblicas, o bien, se transformaban en dictaduras.

Las monarquías sobreviven como garantía de los privilegiados del pasado y en beneficio de las iglesias cristianas. Este “pequeño” detalle no debería pasarse por alto, porque las monarquías son símbolos religiosos. En todas las monarquías europeas. En su existencia está garantizados los intereses de las clases dominantes y la negación de las libertades individuales. Hoy día no están asociadas al feudalismo pero sí a la dominación capitalista y al imperialismo o neoimperialismo del neoliberalismo que, se vista con la palabrería que se vista, sigue existiendo. Como dominación y como amenaza permanente a las libertades.

Por qué la derecha española, la Iglesia, la oligarquía internacional y el neoimperialismo norteamericano optaron por la forma monárquica de gobierno y no por la republicana? Parece evidente que porque era su mejor instrumento de control político y defensa de sus intereses. Claro que defender esos intereses sitúa a la monarquía en un plano unilateral de: defensa de la propiedad privada contra el bienestar social y de defensa de la moral cristiana contra los derechos individuales.

Las repúblicas, francesa y española, que durante los siglos XIX y XX padecieron una suerte muy semejante, tienen un rasgo ideológico que les era y les sigue siendo común: su anticlericalismo. Esta definición es ideológica. Y no es ni una puerilidad ni un anacronismo. Sigue estando vigente porque su enemigo ideológico sigue estando vivo, la Iglesia católica. Fue ésta la que, desde la Revolución francesa hasta la instauración de la dictadura de Petain y de Franco, dos dictaduras católicas, estuvo organizando y dotando de ideología a la derecha contra las repúblicas.

Porque su sistema de valores, el católico, su teoría del poder y su concepción de la libertad están, simplemente, enfrentados a los valores republicanos, su teoría de las libertades y sus emancipación política frente a cualquier poder que pretenda imponerse a la voluntad soberana del pueblo. No es ninguna tontería, porque esta contradicción sigue vigente hoy día. El odio de los papas contra las repúblicas y su sistema de valores se manifiesta en todas sus encíclicas, sin excepción. A sí como su voluntad de imponer el Poder clerical sobre los gobernantes, especialmente católicos.

El pensamiento político republicano en Occidente está indivisiblemente asociado a la declaración de derechos individuales, por una parte, y la soberanía nacional, la separación de poderes y los gobiernos responsables, por otra. Decir república es decir secularización de la sociedad. Es emancipar a los ciudadanos de un poder clerical que les exige la sumisión. República es igual a Declaración de Derechos. Algo que no pueden garantizar las monarquías.

Lo que ha heredado la izquierda del pensamiento republicano es su ideología: la Declaración de Derechos, de cuyos valores, libertades y derechos sólo hay que diferenciar la propiedad como privada, como pública o como privada de las necesidades básicas. Por eso la izquierda siempre ha sido republicana, mientras que la derecha ha sido monárquica y católica. Los valores republicanos son universales a todos los pueblos, a cuyos súbditos transforman en ciudadanos, y por eso son incompatibles con las teocracias, las monarquías y dictaduras.

Javier Fisac Seco

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