La participación de Felipe VI, en el acto de inauguración del Jardin des Combattents de La Nueve en pleno centro de Paris, el pasado día 3, ha sido un acontecimiento ampliamente destacado en España y Francia por todos los medios de comunicación.
El Jefe del Estado español, que jamás ha abierto la boca ni realizado ningún gesto de reconocimiento de la condición de republicanos de los combatientes de La Nueve, que entraron en el París ocupado por los nazis el 24 de agosto de 1944, ni tenido un solo gesto para el resto de los militares de la República, ni con los deportados españoles a los campos de exterminios nazis desde Francia, se ha congratulado del insospechado aval democrático que con su discurso placentero y adulador le ha dedicado Anne Hidalgo, a sabiendas del desprecio institucional que Felipe VI representa, en relación con la memoria histórica republicana y antifascista española.
La repulsa general que semejante hecho ha levantado entre las asociaciones y colectivos memorialistas en Francia y España, se ha manifestado en forma de unánime indignación, tanto por la intervención oportunista y desvergonzada del rey, como por la significativa invitación hecha al mismo por Anne Hidalgo, cuyos motivos reales para hacerlo son -de momento- del todo incomprensibles.
Tras haber suscrito varios comunicados, cartas y manifiestos de protesta de asociaciones memorislistas dirigidos a Anne Hidalgo, en este sentido, el investigador memorialista Floren Dimas ha remitido una carta postal dirigida a la alcaldesa de París, cuyo texto dice lo siguiente:
Respetada y querida alcaldesa:Como investigador histórico, quisiera hacerle llegar una serie de consideraciones, en relación con la invitación y presencia del rey Felipe VI, en el acto de homenaje a los combatientes republicanos españoles de La Nueve el pasado día tres de junio, con ocasión de la inauguración de una placa en su honor en el Jardín des Combattants, en París.
El primer lugar, deseo hacerle expresión de mi reconocimiento, por la labor desplegada por usted durante varios años, al rescatar del olvido y del desconocimiento la gesta realizada por los republicanos española, exiliados a Francia tras la guerra civil, en su lucha contra la ocupación nazi como parte de las fuerzas de la Francia Libre o desde las filas de la Resistencia, pero de manera especial, por quiénes el veinticuatro de agosto de 1944, formaron parte de la primera unidad militar aliada, La Nueve, que se anticipó en vanguardia a la liberación de la capital de Francia.
Durante su trayectoria personal e institucional, usted ha ofrecido sobradas muestras de compromiso, con los valores que aquellos republicanos representaron, y ha sido consciente de la necesidad de realizar estos gestos de reconocimiento histórico y moral, que no solamente dignifica su memoria, sino que también enaltece la conciencia democrática de cuantos en ellos participan.
Su meritoria labor, ha sido reconocida por organizaciones memorialistas francesas y españoles, a las que ha sorprendido la invitación realizada por usted al rey Felipe VI, para participar activamente en el acto del Jardín des Combattants, con tan alto despliegue protocolario y mediático, que ha trascendido a todo el mundo a través de los medios de comunicación, con especial relieve en Francia y España, convirtiéndolo en el aval más relevante recibido fuera de nuestras fronteras por la Monarquía española, junto con su presencia ante la Asamblea Nacional francesa.
Usted tiene plena conciencia de que la Monarquía representada por Felipe VI, es una institución deslegitimada de origen que, de forma expresa, se ha alineado con una corriente ideológica que ha permitido y consolidado, no solo el olvido de la lucha contra el nazifascismo en España, sino también el papel llevado cabo en Francia por los combatientes republicanos españoles, abanderando políticas activas de anti-memoria, como la negativa del Estado Español para reconocer jurídicamente su condición de excombatientes, e incluso regándose a devolverles la nacionalidad española, retirada de facto por el franquismo en 1940, base legal que determinó la deportación de miles de ellos desde Francia, a los campos de exterminio nacionalsocialistas.
Me ha sorprendido que alguien con su relevante conciencia de los hechos, así como de la enorme repercusión que la participación de Felipe VI iba a significar, haya dado la oportunidad a la Monarquía española, de presentarse universalmente como la campeona en el reconocimiento de los republicanos españoles, cuando en su propio país representa exactamente todo lo contrario.
La participación del rey Felipe VI, como Jefe del Estado español, puede considerarse como un aval democrático absolutamente inmerecido, que será utilizado –ya lo está haciendo-, como argumento para acreditar ante la comunidad nacional e internacional, la existencia de una normalidad de justicia histórica en España, incompatible con el mantenimiento de la impunidad de los crímenes franquistas, y el no reconocimiento institucional y jurídico de la condición de excombatientes por la libertad, a los republicanos españoles de La Nueve, y cuantos se significaron en la lucha por la libertad de España y de Francia.
Me resulta muy difícil elevarle estas manifestaciones, aunque estoy persuadido de que mantendrá su adhesión a la Memoria Republicana Española, esta vez en coherencia como lo ha venido haciendo hasta el pasado día tres de junio, participándole por encima de todo la expresión de mi mayor consideración y respeto por su atención a este escrito.
10 de junio de 2015
Floren Dimas