Los recursos asignados a las enfermedades cardiovasculares o a la diabetes no se destinarían a los mayores de 70 años
Los objetivos sanitarios de las Naciones Unidas son discriminatorios para las personas mayores y menoscaban el derecho a la salud para todos, según los expertos.
En un artículo publicado en la revista médica The Lancet, el 17 de enero, varios científicos presentan un riguroso estudio empírico sobre los efectos de la reducción de la mortalidad en las personas menores de 70 años. Aunque este análisis es perfectamente válido en sí mismo, los principios éticos en los que se basa son muy preocupantes. Especialmente el concepto de muerte prematura (popularizado recientemente en debates sobre enfermedades no contagiosas y sobre los objetivos de desarrollo sostenible para 2030 de las Naciones Unidas), que puede socavar el valioso principio fundamental del derecho universal a la salud.
En una carta, también publicada en The Lancet, varios profesores advertían de que las propuestas de Naciones Unidas para reducir las muertes prematuras provocadas por cáncer, ataques al corazón y demencia se refieren solamente a personas de 69 años o menos.
The Guardian se hace eco del estudio publicado en The Lancet, entre cuyas conclusiones figura la opinión del Profesor Peter Lloyd Sherlock, muy crítico con los objetivos fijados por las Naciones Unidas, a los que tacha de poco éticos y sin relevancia científica, al considerar que discriminan injustificadamente a las personas mayores. La aplicación de los criterios de las Naciones Unidas produciría, según Lloyd Sherlock, que los recursos asignados a las enfermedades cardiovasculares o a la diabetes no se destinarían a los mayores de 70 años, para poder así cumplir los llamados «objetivos del desarrollo sostenible», convirtiendo a las personas de esa edad, que son los que más necesidades tienen, en ciudadanos de segunda clase.
La baronesa Sally Greengross, antigua directora de Age Concern England y firmante de la carta, dijo que si las Naciones Unidas adoptaran estos objetivos, se institucionalizaría la discriminación de las personas mayores, no solo en el Reino Unido, sino en todo el mundo.
Fuente: www.casmadrid.org
Extractado por Ana Calahorra para CAS