Cristina Cifuentes parece que tiene todas las papeletas de Ciudadanos para hacerse con la presidencia de la Comunidad de Madrid. El partido de Albert Rivera que tanto apuesta por el cambio y la regeneración política va a apoyar a la candidata del PP, una señora que con tan solo 16 años ya estaba afiliada a la formación de Fraga, a Nuevas Generaciones de Alianza Popular, el mismo partido que hoy se denomina Partido Popular. Más que el cambio supuestamente perseguido por Rivera, Cifuentes viene a representar la continuidad, o si me apuran una continuidad endurecida.
Una señora que siempre ha vivido a costa de las Instituciones, hija de un general de artillería, pupila de Manuel Fraga, Gustavo Villapalos, Beteta, Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre entre otros, no parece que vaya a desviarse ni un ápice de las instrucciones que reciba de Génova, por mucho que ahora se empeñe en aparecer como un verso suelto. De cambio nada de nada, en todo caso a peor.
De sus escasas intervenciones parlamentarias, con Ruiz Gallardón como presidente de la CAM, destaca el discurso de la hija del general en el que rechaza condenar el golpe de estado y levantamiento militar de 1936, así como retirar de las calles de la Comunidad todos los símbolos y nombres vinculados a la dictadura franquista. La ahora liberal, agnóstica y republicana no tuvo mayor reparo para criticar a Izquierda Unida por presentar mociones que según ella “no interesan a los madrileños”. Ella, como consta en el diario de sesiones, es de las que mira el futuro “mientras que otros grupos políticos les gusta mirar hacia atrás “.
Entre los muchos, muchísimos cargos que Cifuentes ha ostentado por designación a dedo, figura el de Consejera de la Asamblea General de Caja Madrid, primero en 1999 y después desde 2004 hasta 2010, con Blesa como presidente de la Caja. Sin comentarios.
Durante los 3 años y medio como Delegada del Gobierno en Madrid ha intentado prohibir cualquier manifestación que tuviera un origen sindical, caso de las Huelgas Generales lo que felizmente no ha logrado. Ha intentado y lamentablemente sí ha conseguido que durante la Semana Santa no haya procesiones ateas en Madrid. No ha dudado en criminalizar al Movimiento del 15-M calificándole de antisistema, de estar controlados por ultraizquierdistas y financiados por el oro de Moscú. Ha descalificado a sus predecesoras en la Delegación del Gobierno de forma ruin y cutre y todo ello ha ido acompañado de constantes declaraciones sobre lo humano y lo divino en sus emisoras de cabecera, de esa ultraderecha mediática, Intereconomía y 13tV, a las que tanto quiere y tanto les debe.
Tras un grave accidente de moto ocurrido en las calles de Madrid en agosto del 2013, circulaba sin la revisión de la ITV y por un carril prohibido a ciclomotores. que la tuvo retirada del mundanal ruido mediático durante tres meses, volvió en Diciembre 2013 a dejarse ver por la Puerta del Sol con vistas a su candidatura a la alcaldía de Madrid o a lo que se le presentase. Eso si, lo negó con la misma sinceridad que cuando se declara republicana.
Finalmente, en el marco de un ajuste de cuentas entre los diferentes clanes genoveses, la polifacética Cifuentes ha acabado designada por el dedo divino de Rajoy como candidata a la Presidencia de la CAM para las autonómicas que se han celebrado el 24 de mayo 2015 en sustitución del defenestrado Ignacio González. Para dirigir su campaña electoral eligió a un diputado al Congreso por Madrid cuyo nombre y apellidos ( Juan Carlos Vera Pro ) aparecen relacionados con regalos varios que recibió de la trama Gürtel.
Para los más curiosos acabar diciendo que está casada con un arquitecto y tiene 2 hijos. Ambos han estudiado en colegios religiosos que van desde los Legionarios de Cristo a los jesuitas del ICADE. La primera ya ha acabado y el segundo está a punto de acabar sus estudios de Erasmus en Austria. Han recibido, al menos durante el año 2011, para sus estudios universitarios ayudas sociales de la Asamblea de Madrid siendo su madre Diputada.
Pues bien, esta es Cristina Cifuentes, la que será con toda probabilidad presidenta de todos los madrileños, de los de la ciudad de Madrid y de los de todos sus municipios, y lo será gracias al apoyo de Ciudadanos, un partido que lleva más de un año haciendo gala de que sus objetivos pasan por el cambio, pero que al menos en esta ocasión han optado decididamente por el recambio, tal y como vaticinó Pablo Iglesias.
Benito Sacaluga