Hoy miércoles, cumple el aniversario de la matanza perpetrada, el 10 de junio de 1944, por una unidad de los SS en la población francesa de Oradour-sur-Glane, situada a unos 10 kilómetros de la ciudad de Limoges.
Unos días antes, el día 6 de junio, se había producido el desembarco de las tropas aliadas en las playas de Normandía y la Resistencia clandestina había incrementado su actividad contra los ocupantes alemanes por todo el territorio francés, con la doble intencionalidad de causarles el mayor daño posible y el de dificultarles los movimientos estratégicos que estaban realizando para acudir a las zonas donde se desarrollaban los combates. Entre las acciones de hostigamiento cabe destacar la que se llevó a cabo el día 7 de junio en la población de Tulle en la que los resistentes atacaron las tropas alemanas causándoles una sesenta bajas entre muertos y heridos.
La respuesta de los nazis no se hizo esperar y de forma inmediata una batallón de la “Panzerdivisionen SS”, que se dirigía hacia Normandía, tomó el pueblo de Oradour-sur-Glane a primeras horas de la tarde, interrumpiendo la que había empezado como una aparente jornada tranquila de primavera, a pesar del contexto y de las noticias que iban llegando. Los alemanes desalojaron las casas, concentraron a sus habitantes en la plaza del mercado y les obligaron a formar dos grupos: a un lado los hombres y a otro las mujeres con los niños. Mientras tanto, los soldados alemanes recorrían las cercanías para traer a quienes trabajaban en las granjas y en las tierras de los alrededores. Lo que en un principio parecía ser un control de identificación de personas se convirtió en una exigencia al alcalde para que entregasen las armas y explosivos que, supuestamente, según los alemanes, tenían escondidos en el pueblo.
Las mujeres y los niños fueron conducidos a la iglesia y los hombres fueron recluidos en diferentes lugares de la población. Una explosión en el templo, producida por una granada de humo, fue el inicio que desencadenó la tragedia: las mujeres y los niños, asustados, quisieron salir de la iglesia y los SS les dispararon impidiéndolo y, posteriormente, prendieron fuego al edificio religioso donde hallaron la muerte 240 mujeres y 252 niños. Al mismo tiempo, en el exterior, los hombres fueron vilmente tiroteados con los fusiles-ametralladores de los SS y rematados, posteriormente, a sangre fría. Un total 642 personas de todas edades fueron asesinadas aquella trágica tarde en las circunstancias descritas.
Entre los asesinados hallaron la muerte una veintena de españoles, miembros de familias refugiadas, las cuales, tras su salida al exilio a principios de 1939, habían llegado a la zona a principios de 1941, donde, incluso, había nacido alguno de sus hijos. En Oradour, se habían integrado en la población superando numerosas dificultades. Los realizaban diversos trabajos y los niños, en edad escolar, asistían a la escuela de la localidad.
En el siguiente listado hemos agrupado por famílias a las veintiuna víctimas españolas. Procedían de Alcañiz (Teruel), Almería, Barcelona, Bilbao, Murcia, Sabadell y Zaragoza. Como se puede observar, la mayor parte eran mujeres y niños que fueron masacrados, junto a los vecinos que les habían acogido, en la iglesia de Oradour.
La población fue arrasada completamente y tras la liberación, la localidad se ha conservado mostrando el estado en que quedó tras aquel funesto día. Un memorial recuerda a las víctimas de este genocidio.
Juan M. Calvo