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Hace falta tener el alma muy negra...

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Dice esa señora Aguirre, la que nombró a innumerables corruptos de la Gürtel de la Púnica y demás hermanas vírgenes de la corrupción que se enseñorea en su partido que, ¡eso sí que es un milagro y no el de la inmaculada concepción!, conserva su virginal incorruptibilidad judicial - aunque hay apuestas que le auguran el fin de tanta virginidad - que los pobres que piden limosna disuaden a los turistas que son la fuente de ingresos principal en esta ciudad, claro que ello se debe a falta de una industria inexistente generadora de riqueza que ha sido substituida por lo que se llaman los “caballeros de industria”.


Esta señora, seamos corteses porque cualquier adjetivo le haría injusticia tras su elocuente demostración del trato dado a la policía municipal, acusa a los pobres indigentes de ser responsables de que los turistas no venga a tomar una “cup of coffee” en la Plaza Mayor como les proponía la SrªBotella. Ellos, los indigentes, que son el fruto de la miseria derivada de la política económica de su amigo el Sr. Rato, mano derecha de su también amigo el Sr. Aznar, patrocinada por el partido en el que ella está. Un partido lleno de corruptos ninguno de los cuales, pese a los que les imputan llevados a cabo desde los cargos que desempeñaron a propuesta del partido que los nombró, parece empañar la transparencia de que blasonan.


Está equivocada. Los turistas, si son decentes, lamentan la miseria rampante de este país. Les apena ver este país otrora más justo y más decente dentro de un nivel de riqueza menos elevado macroscópicamente pero mejor distribuido microscópicamente entre las personas que para esta gente somos microbios. Ellos los que sólo saben contar el dinero en millones, no en menos del Salario Mínimo Interprofesional son los que no ven a gente honrada sumida en la miseria. A los turistas lo que les llama la atención es no encontrarse por la calle ¡ni ante los tribunales! a los pocos ladrones - en realidad no son tan pocos - que desde todas las alcaldías y concejalías donde pudieron meter la mano metieron el puño y aún ambos brazos para robar a mansalva.

A los turistas no les repele la miseria, aunque la lamenten. Lo que les repele es la impunidad que verifican cuando leen en los periódicos españoles; pero también en los de su país, que este país, todo él, ¡su marca España!, se ha convertido en un verdadero patio de Monipodio. A los turistas les escandaliza que el Monipodio que gobierna el patio goce de total impunidad frente a la justicia. Que ésta sepa ver el lado amable de la realidad para que pueda continuar con el negocio heredado de quien lo nombró repitiendo sus mañas, ¿para qué cambiar si el negocio funciona?, nombrando a éste, a desnombrando al ya inútil para la “industria” de semejante “caballero”.

La inmensa mayoría de los turistas se compadecen de la miseria; con solidaridad de la que parece carecer la Srª Aguirre no dudan en darles unas monedas con las que les ayudan a sobrevivir. 

Hace falta tener el alma muy negra para desacreditar a la gente que sobrevive descalificándolos como “extranjeros”, como si serlo - hay 7.000 millones en el mundo - tuviera alguna importancia.

Hace falta tener el alma muy negra para acusarles, con cínica duda que sumar a la insidia sobre si el nombre que merecen es el de mafia organizados con ánimo lucrativo.

Hace falta tener el alma muy negra para decir que de ese modo consiguen unos ingresos envidiables. 

Hace falta tener el alma muy negra….

La Srª Aguirre nos ha dado suficientes oportunidades para saber cómo es. Creo que a estas alturas nadie puede llamarse a engaño con ella. La cuestión es, la gente como ella, la que le vota ¿son de verdad mayoría en esta provincia’. Puedo aceptar que haya una como ella - aunque es insuperable - que haya mil como ella; pero que haya mas … me resulta increíble. Pero los hay.

Alfonso J. Vázquez





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