El régimen del 78 se cimentó sobre el consenso de la Santa Transición. Promulgó la Constitución Española considerada como sagrada e inamovible, capaz de haber alcanzado todos los milagros que ahora achacan al Estado del Bienestar conseguido. Mientras los indiscutibles logros constituían un éxito indiscutible, con vocación de ser exportado al mundo entero, todo han sido albricias y laureles para los llamados Padres de la Transición. Esta casta política se formó como amalgama de franquistas servidores de la dictadura y demócratas venidos de la clandestinidad y el exilio. Una casta de castas. En ningún momento en sentido peyorativo. La palabra casta la recoge la Real Academia Española y ninguna de sus cinco acepciones tiene connotaciones negativas en sí mismas. Ha sido cuando el pueblo indignado por las criminales políticas de recortes, quien ha recurrido a La Casta como el vocablo despectivo que mejor designaba a los malos gobernantes.
Por qué este breve prolegómeno, pues muy sencillo, porque en 37 años apenas se ha avanzado nada en la Igualdad, a pesar de tener esta materia contemplada con rango ministerial. Sí, es verdad, que nos hemos colocado a la cabeza del mundo al legislar el matrimonio igualatorio, pero no es menos cierto que al Gobierno apenas lo ha conseguido cambiando la semántica de la ley existente. Sin dotación económica y sin repercusión en las otras facetas de la Igualdad. Con toda intención pongo Igualdad con la inicial con mayúscula.
El machismo militante en las filas de los hombres y las mujeres, es el causante la criminal desigualdad. Si entre los hombre hubiera una mayoría de machistas, pero entre las mujeres las conductas machistas estuvieran cercanas al cero en permisividad, el avance sería evidentes. Pero hay muchas mujeres que son enemigas de su propia causa por la Igualdad.
Llega como un año más el 8 de marzo como el DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA, pero al margen del cartel y la pancarta, La Casta, sigue instalada en la misma perversión. Mi personal homenaje consiste en enumerar los crímenes que todos los días se cometen contra las mujeres españolas comprendidas en todas las edades. Exijo que los políticos de La Casta enmudezcan y no manchen con su hipocresía y machismo, este día en el cual se recuerda que las mujeres trabajadoras han luchado por la Igualdad.
La clase política, La Casta mujeres y hombres, todos los días cometen crímenes contra la Igualdad, de palabra, obra u omisión. Los recortes provocan mayormente más crímenes contra los más desfavorecidos; siendo las mujeres las que se llevan la peor parte. El Gobierno es un profesional de la delincuencia del embuste, anclado en la mentira.
La Ley de la Dependencia ha sido vaciada de dotación presupuestaria y como consecuencia, tanto los niños como los mayores dependientes de un cuidador, han quedado en la más estricta miseria. En su casi totalidad son mujeres las afectadas porque han tenido que dejar de trabajar o estando cobrando como cuidadora, lo tienen que hacer gratis.
En el mundo laboral el crimen es crónico y perverso. Las mismas tareas desempeñadas por un mismo trabajador, cuando es mujer, su salario es injustamente menor. Y el solo anuncio del embarazo el despido es fulminante. Sin olvidar los crímenes que se cometen en las entrevistas de trabajo contra la mujer y los acosos sexuales en el ambiente laboral. El machismo hace acto de presencia fuera de los entornos familiares; llevando el abuso de poder y el acoso al trabajo. Estas conductas machistas no están siendo condenadas con el mismo rigor por las mujeres. Aún se discrepa de la llamada discriminación positiva, a la hora de denunciar una conducta execrable contra la mujer. Siempre hay una salida tal como: “mis palabra han sido sacadas de contexto”, “mis palabras han sido mal interpretadas” o bien, “no estaba en mi intención ofender a nadie”. Con frases similares se cancela el asunto hasta la reincidencia que se resolverá de las mismas formas y maneras. Por ejemplo, siguiendo como servidor público o permaneciendo en una lista electoral. Hay quien le cuesta calificar la violencia de género como lo que es, preferiría que se denominar de otra forma para que el hombre saliera más triunfante y menos afectado. Los crímenes son continuos bajo la vigencia de la Constitución después de 37 años.
A pesar de todo, entonando mi particular me culpa mea culpa mea máxima culpa:¡Muchas felicidades mujer! Porque fuiste mi madre, eres mi esposa y eres mi hija, y muchos nos olvidamos de esta evidencia, de que todos somos iguales.
Pedro Taracena