Susana Díaz no dice la verdad. No convoca las elecciones andaluzas pensando en los intereses de los andaluces, como dice, sino más bien, pensando en sus propios intereses electorales, ya que las razones que aporta para justificar ese adelanto electoral se caen por su propio peso.
Dice Díaz que su gobierno no es estable porque su socio, IU, ha realizado un "giro radical", giro radical que solo ve ella, ya que IU no ha variado un ápice su política en Andalucía, ni ha modificado sus pactos iniciales de gobierno. El otro pretexto que pone es el anunciado referendum que IU se propone hacer en el caso de que el PSOE no cumpla con los acuerdos de gobierno. En cuanto al referéndum, que ni siquiera está convocado formalmente, está condicionado, precisamente, al posible incumplimiento de sus pactos con IU y, si estos se cumplen, el “desestabilizante” referendum no tendría lugar.
Entre esos pactos se encuentran la creación de una banca pública andaluza, la Ley de Memoria Democrática, la renta básica o la garantía de un mínimo de luz y agua a los que más lo necesitan. Todos ellos a propuesta de IU. Insisto: el referéndum solo se celebraría en caso de incumplimiento de estos acuerdos. Por lo tanto, si el Gobierno andaluz saca adelante estas propuestas de IU, tal y como se ha comprometido, el temido referéndum que, según la Presidenta, crea tanta “inestabilidad”, no se celebraría.
Susana Díaz pone el ejemplo de una relación de pareja: “Imaginen que en una pareja de novios o recién casados, uno le dice al otro: ‘dentro de seis meses vamos a analizar nuestro posible divorcio’. ¿Como se quedaría el otro?”, se pregunta Díaz. Pero el ejemplo de la Presidenta tiene trampa, ya que la frase no seria esa. La frase mas bien sería: “Si no cumples con lo que nos hemos comprometido, dentro de seis meses analizaré nuestro posible divorcio, pero si cumples con lo pactado no habrá ningún problema y todo seguirá igual”. Parece evidente que la inestabilidad del Gobierno es una falacia a no ser, claro, que los socialistas pensaran incumplir sus compromisos e IU se viera obligada a consultar a sus militantes la continuidad del pacto de gobierno. Solo en ese caso seria inestable el Gobierno como pretende la Presidenta andaluza.
Susana Díaz, ha actuado de manera desleal con su socios de gobierno y su convocatoria de elecciones anticipadas es una ruptura unilateral del Gobierno autónomo. A la vista de los hechos la Presidenta andaluza no es una socia muy fiable, que digamos, a la hora de hacer pactos con otras fuerzas políticas.
¿Cuáles son entonces las verdaderas razones de esta precipitada convocatoria?. Quizás la principal de ellas sea la aparición de Podemos en el panorama político español y el miedo que despierta en el PSOE la creciente aceptación por parte del electorado de esta nueva fuerza política. En estos momentos las encuestas son favorables a Díaz. El PSOE sería la fuerza más votada. Y eso, unido a la debilidad de sus oponentes y al hecho de que Podemos, su mayor amenaza electoral, se encuentra en plena construcción de su organización en Andalucía y a que, incluso, todavía ni siquiera tiene una dirección articulada en la comunidad, han hecho ver a Díaz que este es el momento más oportuno para poder renovar su mandato, cogiendo “desprevenido” a su oponente en pleno proceso de formación y de crecimiento. Susana Díaz ha pensado, seguramente, que una victoria aplastante sobre Podemos en las urnas podría servir para frenar al nuevo partido en el resto de España y constituir así un auténtico revulsivo para su partido en este año electoral que nos espera.
En cuanto a las posibles aspiraciones de Díaz a la presidencia del país creo que, de momento, es posible confiar en su negativa, repetida una y mil veces, y en su deseo de permanecer en Andalucía los cuatro años que dure la legislatura. Aunque este asunto ha sido puesto en duda por toda la oposición que le acusa de utilizar las elecciones andaluzas como trampolín para las generales. En ese tema el tiempo dará la razón a unos o a otros ya que, ni siquiera ella, ha descartado definitivamente esta posibilidad.
Se habla mucho de la osadía de su propuesta ya que, dicen algunos, se juega a una sola carta tanto su futuro político como el futuro electoral de su partido. Una improbable debacle electoral del PSOE en Andalucía seria una autentica catástrofe para las aspiraciones del partido en el resto de España ya que es, en esa comunidad, donde menos se ha desgastado. Pero yo creo que juega sobre seguro: un descalabro electoral en Andalucía es altamente improbable dado el arraigo del PSOE en esa comunidad en la que ha dominado desde el principio de la democracia unida a la debilidad de sus oponentes, sobre todo del PP que presenta a un candidato prácticamente desconocido. Tampoco seria muy representativo en el resto del país un resultado escaso de Podemos porque es precisamente en esa comunidad donde tiene una implantación mas débil.
Lo que sí creo es que Díaz corre un gran riesgo en el probable caso de no conseguir una mayoría absoluta puesto que, descartada IU, no veo con quien pueda pactar para poder tener ese Gobierno estable que tanto desea. Ella misma, en innumerables ocasiones, ha descartado, pactar con el PP o con Podemos y no creo que IU esté dispuesta a repetir la experiencia con un socio tan poco fiable. De una forma o de otra lo que ocurra este próximo Marzo en Andalucía será poco significativo en relación al año electoral que nos espera en el resto del país, sobre todo en el caso de los resultados que pueda obtener Podemos. Ya veremos.
No quiero terminar sin mencionar dos casos que pueden ser representativos de la actitud del PSOE andaluz en relación con la corrupción:
El primero de ellos es la inclusión en la Diputación Permanente, el órgano que sustituye al disuelto Parlamento autonómico, de tres diputados y exconsejeros de la Junta pendientes de imputación por la juez Alaya en el caso de los ERE que, de esa forma, mantienen el aforamiento recientemente perdido y por lo tanto no pueden ser llamados a declarar durante la campaña electoral. Ante esta maniobra el portavoz del PP, Carlos Rojas, señaló: “Cinco minutos solos y ya vuelven a las andadas”.
El otro caso se refiere al pacto entre el PP y el PSOE para excluir a Podemos del órgano fiscalizador de las cuentas de la comunidad, la Cámara de Cuentas. Ambos partidos, sin esperar a las elecciones, han acordado elegir y renovar el mandato de cuatro de sus miembros, dos de cada partido, de forma que la Cámara no podrá tener nuevas incorporaciones hasta 2.017. Con esta maniobra excluyen a Podemos de este órgano fiscalizador hasta esa fecha, en el muy probable caso de que Podemos logre algún escaño. Una maniobra que me parece muy poco democrática porque, según la ley, todas las fuerzas políticas presentes en el Parlamento deberán tener representación en esta institución.
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