Es sencillo si se aborda desde una perspectiva republicana, claro. O sencillamente crítica contra el actual régimen. Quienes están preocupados por los regates en corto y navajera los adversarios del propio partido para ver como segur al sol del régimen ni lo verán ni lo querrán verlo.
Pablo Iglesias acude a la reunión con Bono y Zapatero por motivos que podemos sospechar. Bono es alguien relacionado con el interés de estado, Zapatero, como expresidente igual. Ambos conocen y defienden los límites del régimen. Saben de qué va esto, hasta donde se puede llegar y qué no se puede tocar. La entrevista está relacionada con eso muy posiblemente. Faltaba el sr. Jáuregui, pero si hubiera acudido habría resultado tan meridiano todo que hasta habría resultado inconveniente; era, por otra parte, innecesario dado el clima de entendimiento y cordialidad con el «aspirante». Y no sólo con PIT. J.C. Monedero fue asesor de Gaspar Llamazares cuando Llamazares votó a favor de la Ley de Memoria que, como sabemos todos, seguía considerando legales los tribunales y sentencias franquistas, una ley cuyo muñidor principal fue el sr. Jáuregui. Los antecedentes de los «aspirantes», mejor así, son por tanto, tranquilizadores en los fundamental, las otras cuestiones son, por supuesto, discutibles, ciertas otras no. Y ahí hay acuerdo. ¿«Habla pueblo habla, tuyo es el mañana…» no es acaso una canción precursora del discurso podemita…?
La entrevista fue una evaluación mutua más cercana y una ocasión para enviar un mensaje, para pasar un examen al aspirante. Iglesias se ha prestado a eso.
Posteriormente, Iglesias ha elogiado a Bono tildándole de hombre con más visión de estado que otros.
Curiosamente, hemos sabido después, Iglesias ha solicitado una entrevista con el Rey según ha explicado en una entrevista. Vaya, qué casualidad.
Al tiempo en su estrategia pública y en todas las entrevistas, Iglesias no nombra la República ni hace referencia directa alguna. Cuando critica al Rey por ir al entierro del rey saudita diciendo que es un rey de una dictadura, olvida toda referencia a los enlaces entre los Borbones y Franco. Curiosamente. Tampoco debe extrañarnos, la posición de Iglesias en el tema de la tensión república/monarquía coincide con la de Juan Luís Cebrían como ya es público.
Bono habla bien de Podemos, Lo ha hecho varias veces. Se siente cómodo. Coincide íntimamente en lo de patriotismo ni de derechas ni de izquierda, sin castas partidistas, con Iglesias. Es el mensaje que mil veces escuchó a su padre falangista.
En la bonita versión del encuentro entre ZP, Bono y PIT que se nos brinda, se han ocupado de contarnos —Bono lo ha repetido cuantas veces ha podido— , cómo Bono defendió ante el TOP franquista al padre de Iglesias; no se profundiza en esto, claro, se suelta porque ofrece pantalla y ademas le da un toque romántico a los actores. Que los magistrados de la dictadura siguieran sus puestos impunes y algunos estén ahora el Tribunal Supremo es una nadería que ni se menciona. Ni siquiera el hijo del procesado. O que la labor como abogado de Bono en ese periodo de la dictadura fuese, ¿cómo decirlo? tan llena de matices. En el caso Atocha, en el juicio a los asesinos de los abogados, donde fue uno de los letrados de la acusación el Sr. Bono fue tan creativo en su proceder que arruinó la estrategia conjunta del grupo de abogados de las víctimas. Qué gran tema para analizar en estos días del 38 aniversario del asesinato. Bono nació para hombre de estado, sin duda. Ahora vuelva a mirar sus ojos cuando hable de PIT.
Iglesias esta luchando por un espacio propio en este teatro, quiere un papel primero, pero no quiere cambiar la obra. De lo que se trata es de devolver la ilusión a la platea, mejorar las propinas a la claque, lograr el favor del público, enamorarlo y conseguir alguna mejora en el teatro sin enfadar a los dueños del local.
Pedro A. García Bilbao
Fuente: Sociología Crítica