Después de aguantar 20 meses con un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), la situación para los trabajadores que forman la fábrica textil de Montefibre es insostenible.
La imposibilidad de obtener de las entidades financieras préstamos para poder aumentar el ritmo de producción, hizo que en el año 2013 la compañía textil fuera a la suspensión de pagos. A partir de esta fecha, comenzó un martirio para los 357 trabajadores que formaban la compañía en Miranda de Ebro (Burgos) y en las oficinas de Barcelona.
Después de casi un año parada la empresa, el grupo inversor Praedium que lidera Alfonso Cirera, adquirió el 90% de Montefibre Hispania. A partir de este momento, se iniciaron las negociaciones con los acreeores de la compañía, entre los que destaca la eléctrica ENDESA, a la que Montefibre adeudaba 7 millones de euros.
En este sentido Praedium, para poder poner en marcha la fábrica y emplear a los 250 que permanecen en la empresa -inicialmente eran 357- negoció una quita (rebaja) de la deuda con todos los acreedores que en su mayoría aceptaron, sin embargo ENDESA se negó, ya que quiere cobrar la totalidad de los 7 millones que se le adeudan.
Esta grave situación, impide que la fábrica textil pueda ponerse en marcha, con lo cual el futuro de los 250 trabajadores actuales pasa por la liquidación y por el cierre de la fábrica. La fecha tope es el 3 de diciembre, fecha en la que concluye el periodo de consultas sobre el concurso de acreedores.
Lo resulta una autentica vergüenza, es que ENDESA, no llegue a un acuerdo con la actual firma Praedium y ponga en riego el empleo de más de 250 trabajadores, sobre todo cuando Montefibre es un referente mundial en la fabricación de fibras acrílicas. El oprobio es mayor, más teniendo en cuenta que ahora sabemos que el Estado español perdonó a Endesa la cantidad de 1.562 millones de euros.
La Junta de Castilla y León, gobernada por el PP no dudado en anunciar ayudas para la fábrica Campofrío que lamentablemente sufrió un incendio hace unos días; sin embargo, la fábrica textil de Miranda de Ebro, parece como si estuviera en África y fuera ajena a los problemas políticos. Por el bien de los trabajadores, esperamos que llegue una solución