Los servicios de espionaje se interesaron por él hace dos años, ante los rumores de su vinculación con Juan Carlos I, y le dejaron actuar para que moviera "avisperos"
Según informa EL PLURAL.COM, todavía quedan muchas cosas por saber en torno a Francisco Nicolás, pero poco a poco se van descubriendo más detalles del perfil de este supuesto farsante. El "pequeño Nicolás" como se le conoce, no solo tenía obsesión por los retratos con personalidades, también se colaba en actos, estaba invitado y tenía su sitio reservado. Según detalla la revista "Intervíu", explica además que en su elitista facultad corría el rumor de que Francisco Nicolás era el hijo ilegítimo del rey.
A Francisco Nicolás le chupaba cámara en todos los actos, incluso estaba detrás del objetivo. Por ejemplo, en la minúscula sala que da acceso al balcón de Génova, cuando tenía 17 años, retrataba para la posteridad a Rajoy, Cospedal, Rato, Sáenz de Santamaría, Mato, Gallardón o Moragas: un futuro consejo de ministros con los que se codeaba el pequeño Nicolás. O en la jura del cargo de su padrino, García-Legaz, se encontraba en primera fila, tomando instantáneas del momento.
Hijo ilegítimo del Rey
“Cuando ingresó en CUNEF, una conocida universidad privada de la capital, un rumor se extendió entre sus compañeros: aquel chico que llegaba a clase con escolta y metido en un coche oficial era en realidad el hijo ilegítimo del rey Juan Carlos”. Esos rumores llegaron al CNI, que se puso a investigar para descubrir que no tenía vínculo con el monarca, pero sí era nieto de un militar golpista implicado en el 23-F. Y, sobre todo, que el chaval tenía un buen olfato para los negocios.
Un señuelo del CNI
El CNI le deja actuar, siguiéndole la pista, para convertirle en un señuelo. “Es lo que se conoce en el argot como un señuelo. Un personaje al que los servicios de inteligencia dejan operar para seguir sus movimientos y recibir información cuando, sin saber que son controlados, mueven un avispero”, explica la Interviu.
Fuente: www.elplural.com