Lejos de ser un país laico, España sigue siendo un país aconfesional, así lo dice la constitución de 1978 en su artículo 16.3., lo que conlleva el tener acuerdos (colaborativos o de ayuda económica principalmente) con ciertas instituciones religiosas.
En este sentido, los reyes de España, Felipe y Letizia realizaron este viernes su primera visita a Galicia para presidir la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago. Hacía cuatro años que ningún miembro de la familia real ha presidia este acto religioso, los nuevos reyes acudieron sin pena ni gloria a la ofrenda del Apóstol para cumplir con el trámite.
Según lo relata Diario Progresita: "Apenas unos cientos de personas en la Plaza del Obradoiro, la mayoría peregrinos y turistas completamente ajenos a los fastos oficiales, han presenciado la llegada de Felipe VI y su esposa. Algún tímido aplauso, algún vítor desangelado y poco entusiasta ha sido toda la cosecha de popularidad que ha logrado la corona, que en otras ediciones de la festividad veía la plaza principal de Santiago abarrotada de personas y banderitas, que aturdían a los turistas ajenos al acto con sus aclamaciones y aplausos".
Esta situación no es nueva, ya se hizo evidente cuando Felipe VI fue incapaz de llenar la Plaza de Oriente el día de su coronación. Por el contrario el sentimiento republicano, cada día se hace más latente en las calles y plazas, como recambio alternativo, más democrático y transparente que el actual régimen monárquico heredado del franquismo.
Los empeños para lavar la imagen de la monarquía no están surtiendo efecto. En Zarzuela están preocupados de que ciudades como Madrid o Santiago que antiguamente se abarrotaban para ver a los miembros de la realeza, hoy ya no reciben con tanto entusiasmo a la familia real. Esto se traduce en la impopularidad de una institución obsoleta, sin transparencia y que esta acuciada por escándalos mayúsculos como el caso Urdangarín, así como la imputación de la infanta, que han zarandeado gravemente la institución monarquía y que con toda probabilidad traerán nuevos episodios donde se acentúen todavía más el deterioro de la Corona.
Eco Republicano