Hace unos días, los medios de comunicación se hacían eco de la noticia del derribo por un misil de un avión de Malaysia Airlines en el este de Ucrania; en el accidente tristemente perdieron la vida las 298 personas que viajaban a bordo.
Sobre este suceso, el presidente Mariano Rajoy afirmo: "El mundo tiene derecho a saber quién es el autor de esta salvajada". Es evidente que todos estamos de acuerdo con esta afirmación, sin embargo, la utilización mediática de las víctimas siempre es deplorable e indecente; y lo verdaderamente lamentable, es que sea Rajoy quien realice estas declaraciones, porque cuando se trata de siniestros mortales que afectan a ciudadanos españoles, precisamente el no predica con el ejemplo. Las palabras de Rajoy, son la clara consecuencia de estar gobernados por cínicos e incompetentes.
Precisamente hoy, 24 de julio, se cumple un año del accidente del tren Alvia Madrid-Santiago, en el que perecieron 79 personas y otras 140 resultaron heridas. La tragedia conmocionaría a todo el país, sin embargo la tragedia -de momento- se ha quedado sin culpables y ningún político o directivo de la compañía implicada ha cesado.
Precisamente hoy, 24 de julio, se cumple un año del accidente del tren Alvia Madrid-Santiago, en el que perecieron 79 personas y otras 140 resultaron heridas. La tragedia conmocionaría a todo el país, sin embargo la tragedia -de momento- se ha quedado sin culpables y ningún político o directivo de la compañía implicada ha cesado.
Otros accidentes sin responsables.
El 26 de mayo de 2003, se produjo en Turquía la tragedia del Yak 42 en el que perecieron 75 personas, entre ellas 62 militares españoles que regresaban a España tras cuatro meses y medio de misión en Afganistán. El escándalo del Yak 42 lo defendió el Ministro de Defensa Federico Trillo (PP). Hasta ahora este incidente se quedo sin culpables.
El 3 de julio de 2033, tuvo lugar la tragedia delMetro de Valencia en la que fallecieron 43 personas y otras 47 resultaron heridas. La respuesta del gobierno fue el silencio, la Asociación de Víctimas solicitaron ser recibidas por el presidente de la Generalidad de entonces, Francisco Camps (PP), pero éste nunca aceptó entrevistarse con ellos. La tragedia tristemente se quedó sin culpables.
El 1 de noviembre de 2012, se produjo la tragedia del Pabellón Madrid Arena en la que fallecieron 5 chicas durante una macrofiesta de Halloween. El aforo era de 5000 personas y las entradas superaron las 16.000. El Ayuntamiento de Madrid, presidido por Ana Botella (PP) sabía desde 2010 los fallos de seguridad del Madrid Arena. Nadie comunicó a los servicios de emergencias (Samur) que se iba a llevar a cabo el evento. La tragedia se quedó sin culpables en la cárcel, aunque políticamente se produjeron las dimisiones de 3 políticos del PP: Pedro Calvo, tercer teniente de alcalde y delegado de Economía, Empleo y Participación Ciudadana; Miguel Ángel Villanueva, vicealcalde de Madrid y Antonio de Guindos, delegado de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid.
La madrugada del 6 de febrero, en la frontera entre Marruecos y Ceuta, 15 inmigrantes fallecieron ahogados o aplastados en el mar al intentar bordear el espigón que separa los dos países. La primera versión oficial del Delegado del Gobierno en Ceuta es que la Guardia Civil no ha intervenido, pero posteriormente se conoció que sí utilizaron material antidisturbios (Pelotas de goma). El Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz (PP) tuvo que acudir al Congreso a dar explicaciones, sin embargo la tragedia sigue sin culpables en la cárcel y las únicas medidas que ha dispuesto el Gobierno han sido las de ampliar y mejorar las vallas de seguridad.
¿Justicia? ¿Dónde quedan los Derechos Humanos?
Los ejemplos anteriores, evidencian la impunidad de los crímenes en España. La tarea de hacer justicia condenando y juzgando a los responsables de quienes cometen delitos contra la población, resulta ardua y difícil, por no decir imposible. En este sentido, la sensación de rabia y desprotección es tremenda, ante tantas muestras de cinismo y deshumanización, ya que el tratamiento a las víctimas por parte del gobierno es diferente dependiendo quienes sean los responsables de las mismas.
Cuando el presidente Mariano Rajoy afirmo: "El mundo tiene derecho a saber quién es el autor de esta salvajada", es evidente que no hablaba de los 120.000 republicanos asesinados durante la Guerra Civil Española y que permanecen en fosas comunes y cunetas. Tampoco se refería al genocidio de Israel sobre el pueblo Palestino, ni a los bombardeos de Kiev sobre los prorusos, ni a la represión de Marruecos sobre los Saharauis. En estos casos, el gobierno se calla. El silencio no sólo es cómplice de la corrupción, también de la violencia y los verdugos.
Luis Egea