A pesar de que las generalizaciones no son buenas ni se cumplen en todos los casos, es culturalmente histórico en este país vivir un poco por encima de nuestras posibilidades. Este carácter latino y mediterráneo, que nos ha llevado a salir, a gastar y disfrutar lo poco que tenemos en vez de ser previsores y pensar en el mañana. Hasta hace un lustro más o menos, mejor o peor, esta situación era sostenible. Pero apareció este azote llamado crisis, que con su látigo empezó a golpear a diestro y siniestro. Causa de la burbuja inmobiliaria, los bancos cierran el grifo, todas las inversiones en ladrillo se vuelven ruinosas, y como consecuencia de ello, los restaurantes y bares empiezan a vaciarse, el pequeño comercio se hunde, y es que no hay dinero para gastar. La historia a partir de ahí todos la sabemos, ruinas, paro, desahucios y una situación insostenible en muchísimas familias, viviendo en situaciones extremas.
Y si hay un ámbito donde se ha vivido por encima de posibilidades. Si hay un ámbito que se ha considerado que vivía en un mundo aparte, con sus propias reglas, sin preocuparse del qué pasará mañana, incluso por encima de la Ley, ese ha sido el fútbol. Fichajes, comisiones, ladrones, hoteles y restaurantes de lujo, gasto y mala gestión sin consideración, durante años y años, que han desembocado en una deuda del Fútbol Español de más de 3.600 millones de euros, 800 de ellos con Hacienda. Esto ha ido provocando descensos administrativos, concursos de acreedores, desapariciones, sin ir mas lejos, esta temporada la de la histórica Unión Deportiva Salamanca, con una deuda de 20 millones de euros, jugando como estaba en Segunda B. Durante años, un gobierno tras otro ha consentido todo esto mirando hacia otro lado, y consecuencia de ello hemos llegado a un punto insostenible. Hemos pasado de ser una Liga importadora, a ser exportadora, perdiendo algunos de los mejores jugadores nacionales.
Ahora pretendemos intentar abordar las deudas y sanear los clubes, parece que finalmente somos conscientes de la situación a la que todos estos años de permisividad nos han llevado. ¿Y qué pasa ahora? que nos encontramos que para reducir la deuda, hay que generar más, y en estos momentos de crisis, las ayudas públicas han disminuido, los patrocinios son cada vez menores, y el espectador, el aficionado de calle, el que se deja el alma por el equipo en cada partido, tiene que preocuparse por sobrevivir en estos tiempos de penuria, con lo que cada vez es más difícil pagar un abono o permitir el pago de entradas que en muchas ocasiones son desorbitadas para los tiempos que corren. Con la actual crisis financiera se antoja complicado conseguir balances positivos a final de temporada en los clubes para ir reduciendo déficit.
Alemania, que generalmente va un paso por delante del resto en el Viejo Continente, vio el problema hace tiempo, lo abordó sin restricciones, y actualmente su economía futbolística está saneada. ¿Cómo? A través de auditorias externas a los clubes cada temporada, reparto equitativo televisivo, fichajes a la altura de lo presupuestado, fuerte apuesta económica por la cantera, entradas más asequibles, con lo que los estadios rondan el 90% de ocupación de media, y alguna medida más, que ha llevado, a ser el modelo futbolístico perfecto. Nunca es tarde para aprender, y deberíamos tomar ejemplo de ellos.
Pero al final, independientemente de la permisividad gubernamental, los máximos culpables de la situación son los dirigentes. Presidentes y Juntas Directivas que sin importar el mañana han fichado y pagado sueldos estratosféricos a diestro y siniestro. Jugadores mediocres que han venido a ocupar el puesto de canteranos ilusionados y con calidad, sólo por los intereses de las comisiones. Largos contratos firmados a ojos cerrados, aumentos salariales temporada tras temporada, futbolistas que han corrido más camino de la oficina a pedir un aumento que lo que han corrido en el campo. Estos directivos, que por tratar de ser competitivos han fichado sin parar, en el mercado estival, y han vuelto a fichar en el mercado invernal, hipotecando el futuro de sus entidades.
¿Tan difícil es gestionar un club con tanto empresario y profesional en las directivas? La fórmula es sencilla, pero difícil de asimilar. Hasta aquí tengo, hasta aquí puedo gastar. Bien es cierto que en estos tiempos de crisis te puede fallar algún ingreso previsto de antemano, pero hay que ser inteligente para tener esto cubierto. Si no llego, pues no traigo a este jugador, si no llego, confió en la cantera, si no puedo ser competitivo para estar arriba, pues voy a luchar por no descender, pero no por ser competitivo hoy voy a dejar el club hundido para mañana. Directivos con sentido común y humildad, y aficionados conscientes de que con los tiempos que se viven, no siempre se puede estar arriba. Esta fórmula es aplicable desde el fútbol regional, al fútbol profesional. Parece que hoy en día esto empieza a aplicarse, el problema, son todos estos años atrás, las deudas acumuladas, ahora ahogan. Y aunque en tiempos de crisis se salve la temporada sin déficit, los intereses de deudas contraídas años anteriores son en muchas ocasiones insostenibles.
Mal pinta el futuro económico del fútbol español, seguro veremos mas desapariciones de clubes históricos, pero parece que al fin, va a ser obligatorio que impere el sentido común en la gestión de los clubes. En unos años veremos…
Antonio Asensio
Fuente: www.hambredefutbol.com