Felipe VI ya tiene su propio escudo real. El nuevo monarca hereda prácticamente el mismo pendón de armas que durante 39 años llevó su padre, el rey Juan Carlos I, con unas pocas diferencias. La más importante: Felipe VI no llevará el yugo y las flechas (herencia de los Reyes Católicos) y su color será el rojo carmesí, en lugar del azul. De hecho, la matrículas de los vehículos oficiales del nuevo rey también serán rojo carmesí, que hace referencia al color rojo de la sangre, abandonando el color azul de su padre.
La composición del ya estrenado escudo y estandarte, cuyo uso será regulado este viernes 20 por el Consejo de Ministros en un decreto específico, ha sido elegida por el joven monarca, según la tradición dinástica, pero tras una consulta técnica a la Real Academia de la Historia, que emitió un dictamen. El escudo y el estandarte de las armas de Juan Carlos I están definidos por el Real Decreto de 1977 sobre Reglamento de Banderas y Estandartes, Guiones, Insignias y Distintivos.
El escudo de Juan Carlos incluye los cuarteles de Castilla, León, Navarra y Aragón; la flor de Granada; el escusón con las flores de lis de la Casa Borbón; la corona real de España; el Toisón de Oro; la cruz de Borgoña roja; y el yugo y las flechas de los Reyes Católicos. Esto dos últimos elementos, la cruz de Borgoña roja y el yugo y las fechas desaparecen con Felipe VI, al ser todos ellos ornamentos personalizados en la figura de Juan Carlos e introducidos por el dictador Francisco Franco en en el escudo real.
¿Qué elementos permanecen invariables? Los cuatro cuartelados: un castillo de oro de Castilla; un león rampante de León; cuatro palos de gules de Aragón; una cadena de oro puesta en orla de Navarra. También aparecen la fruta de la granada (por el reino de Granada) y un escusón con tres flores de lis de oro, de la casa de Borbón.
Permanece el Toisón de Oro
Permanece el Toisón de Oro como privativo de la Monarquía española. La palabra toisón viene del francés que significa "vellocino", o la piel del carnero, animal que continúa en el escudo de Felipe VI. El escudo está rematado con una corona cerrada, de oro, engastado en piedras preciosas y compuesto de ocho florones de hojas de acanto visibles cinco, "interpolados de perlas en su color, de los que parten ocho diademas de perlas, vistas cinco, que convergen en un orbe azul, con el semimeridiano y el ecuador de oro, sumado de cruz de oro, la corona forrada de rojo", señala la Casa Real en un comunicado.
Fuente:www.20minutos.es
El cambio del escudo, es un tímido lavado de cara para una monarquía a todas luces antidemocrática que nos ha vuelto a ser impuesta. En 1975, la monarquía se instauró en España gracias al dedo de Franco, posteriormente se impuso dentro de la Constitución de 1978, lo que daba a los ciudadanos a elegir dos opciones: entre una Monarquía Parlamentaria o la continuidad del régimen franquista, en aquella ocasión la República fue traicionada.
Han tenido que pasar 39 años de reinado de Juan Carlos, para que se volviera a presentarse la opción republicana frente a la monarquía parlamentaria, pero PP y PSOE lo impidieron con sus votos en el Congreso y el Senado. El bipartidismo político no estaba por la labor de poner en riesgo el poder que reside en las poltronas monárquicas.
Tras la abdicación del rey Juan Carlos, el pueblo ha hablado donde puede hacerlo, en la calle; la república estuvo presente en todas las ciudades de España; pero fue ninguneada por los políticos y el régimen se encargó de sofocada mediante represión y violencia, tal y como pudimos verlo ayer jueves en el día de la coronación del Borbón.
Respecto al escudo, si ya es vergonzosa la propia corona como símbolo de la imposición de una familia de "sangre azul" respecto a los demás mortales, todavía lo es más con la cruz católica, "supuestamente" en un estado que debe ser aconfesional. No nos engañemos, este escudo representa a los mismos, pero con diferentes caretas.
Eco Republicano