Los planes de Kiev de realizar una operación de fuerza en las regiones surorientales de Ucrania traerían consecuencias nefastas, advirtió hoy el Ministerio de Exteriores ruso.
El asalto a las sedes públicas y puestos fortificados que los milicianos controlan en el sureste de Ucrania comenzará mañana; dirigirá la operación el jefe del Servicio de Seguridad (SBU), Valentín Naliváichenko, informó hoy una fuente del Estado Mayor ucraniano.
“Turchínov (presidente interino) cesó al ministro del Interior (Arsén Avákov) como responsable del dispositivo”, dijo la fuente a esta agencia al explicar que esta decisión fue tomada por haber fracasado la primera etapa de la operación especial.
Tras celebrar consultas con Dmitri Yarosh, jefe de los ultras ucranianos, y consciente de que es inútil utilizar las unidades del Ejército en las provincias de Donetsk y Lugansk, Naliváichenko, con ayuda de los instructores del SBU, organizó el adiestramiento de los batallones especiales de Pravy Sektor, comentó la fuente.
“Se les asigna la misión de tomar por asalto las sedes ocupadas por los separatistas ante todo en la provincia de Lugansk”, precisó al agregar que los batallones tienen el plazo de un día para recuperar el control sobre esta región.
Moscú acogió con preocupación las informaciones sobre el propósito de las autoridades ucranianas de tomar por asalto las sedes ocupadas por los partidarios de la federalización en el sureste del país con la posible implicación en el dispositivo de los batallones del ultranacionalista Pravy Sektor.
“Tales acciones irresponsables y agresivas del actual ‘Gobierno ucraniano’, si se apuesta por emprenderlas, tendrían efectos catastróficos”, dice una nota publicada en la página web de la cancillería rusa.
Kiev, EEUU y la UE como firmantes de los acuerdos de Ginebra “no deben cometer actos delictivos” y tienen que abstenerse del empleo de la fuerza contra el pueblo ucraniano, destacó la entidad en su nota.
Fuente: Ria Novosti